Pérdida

Cuando te fuiste, no sentía dolor,estaba completamente anestesiada, los pésames llegaban por miles,pero yo miraba sin mirar a las personas como rostros descoloridos en un mundo nuevo,desconocido, nada importaba, si respiraba o no, si me encontraba viva, ya no lo sabia, jamás me sentí así antes, pero lo puedo comparar con subir a la montaña rusa, cuando era pequeña mi madre me llevo a un parque de atracciones y me dijo que subiríamos a este genial juego, pero yo estaba muy asustada y ella lo noto, dijo: "veremos que clase de persona eres", yo le pregunte que como sabría la clase de persona que soy por subir a un juego y ella dijo:" cariño en este juego como en la vida existen dos clases de personas, cuando subes hasta arriba en el momento en que tienes más miedo, en el momento en el que las ansias de la caída están en su máximo punto, hay un tipo de persona que grita, grita con toda su alma,y cuando llega abajo se siente bien y renovado, si a esta persona le piden volver a vivir ese momento de miedo, lo pueden volver a intentar, pero está la persona que antes de la caída su vos se apaga, su grito se ahoga en la garganta, el miedo lo paraliza y jamás vuelve a ser el mismo, nunca querrá volver a subir, hija una persona no es mejor que la otra, solo diferente, las personas resisten el sufrimiento de manera diferente", siempre fui de la segunda clase de personas, sin poder llorar, gritar, sin poder sacar con facilidad el dolor y seguir adelante.

Cuando te fuiste el dolor se instalo en mi, con los días empecé a notar tu ausencia y tal ves me volví un poco loca, porque te sentía en cada lugar, al dar media vuelta podía jurar que te vi con el rabillo del ojo, me volvía apresuradamente con esperanza, tontas y vanas esperanzas, pero nunca estabas ahí, oía tu vos de repente en el viento,diciendo mi nombre, y donde quiera que estuviera paraba un segundo para oírte mencionarlo, con las semanas las lagrimas repentinas empezaron a salir, en los peores momentos, en los peores lugares, algunas personas me preguntaban si me encontraba bien y yo respondía estúpidamente que si, con esa necesidad que tenemos las personas de hacer sentir cómodos a los demás.
Con los meses me empecé a acostumbrar a la idea, empece a olvidarte y creí que lo había conseguido, mi vida seguía caminando igual, aunque yo no era la misma, celebrada los aniversarios de tu muerte y al día siguiente lo olvidaba para mi solo seguía siendo otro día y otro y otro...

Y entonces un día caminando por un parque hermoso, pensando en lo que haría de comer llegando a casa, vi un niño pequeño llorando porque había perdido a su mamá, así que pese a mi falta de calidez o mi amargada forma de ser lo ayude a buscarla, hasta que la encontramos, lloraba,gritaba el nombre de su hijo, me agradecieron y al volverme para seguir mi camino... te vi...empecé a llorar, no pude evitarlo, el dolor en mi pecho era abrazador, pesado, oscuro,¿porqué tú?,¿porque no estas conmigo?, me cuestionaba entre lagrimas, tuve que sentarme y empezar a respirar lentamente, sentía que iba a morir y en un segundo pensé que tal ves estarías esperándome, pero oí tu vos diciéndome: "cariño,sigue..."

Por primera ves desde tú muerte sentí paz...