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sábado, 25 de enero de 2014

La Muerte del Destino, Capitulo 10


Capitulo 10:

                           Uniendo Memorias


Evite a Peter durante algunos días, tomaba las escaleras en lugar del ascensor, me escondía detrás de una columna hasta que lo veía irse primero o me levantaba a horas ridículas para evitar toparme lo, al tercer día estaba en la biblioteca de la universidad él estaba con unos amigos y yo con mis compañeros de clase, entre mis compañeros solo había una persona a la cual consideraba mi amiga, Lau, ella era muy simpática y tenia una pequeña bebe de meses, por lo cual me parecía más madura, en ella podía confiar pero de todas formas lo confirme leyendo sus pensamientos, un pequeño habito que había adoptado desde poco tiempo atrás, Lau me vio un poco nerviosa por tener que ver a Peter así que creo una distracción para que yo pudiese escabullirme, antes de irme me dijo, "de nada", guiñándome un ojo, yo corrí por una hilera de libros, luego camine despacio agachando la cabeza, sosteniendo el primer libro que encontré entre mis manos, di un giro hacia la salida trasera, respirando lentamente, pero ahí estaba él,salio de repente a solo unos centímetros de mi rostro, lo que me hizo levantar las cejas y abrir la boca en un gesto de susto, dando dos pasos hacia atrás, él camino hacia mi y yo retrocedí unos pasos más golpeando mi espalda con la repisa de libros,camino más sin mover su mirada en ningún momento, mirándome fijamente, puso sus manos al lado de las mías rodeándome y pregunto:

¿por qué me estas evitando?-dijo con su característica sonrisa torcida
-no lo estoy asiendo son figuraciones tuyas-dije desviando la mirada
mírame a los ojos y dilo otra ves-dijo cada ves más cerca
quítate, las personas podrían malinterpretarlo-dije desviándome del tema
no me importan las personas, además aquí no hay nadie, dime que pasa?
Me estas siguiendo?-contrarreste-eres un acosador o algo así?
creo que ya te lo dije-menciono él-solo es el destino

Ahí lo mire a los ojos y empece a observar su vida, la muerte de su padre, el nuevo casamiento de su madre con un hombre estricto al que no le gustaba que se metieran en sus negocios por lo que les prohibía a sus hijos(hijastros) que entraran a su estudio,vi a su madre, una hermosa coreana de cabello castaño, y ojos alegres, el amor por sus tres hijos, principalmente por Peter, también vi como Peter le pedía a ÉL que lo dejase ir a estudiar a América, como ÉL  se negó pero luego acepto con a condición de que cuando terminaré sus estudios se encargara del negocio del espectáculo, vi cuando me conoció, su sonrisa cuando me vi, la manera en que me buscó por toda la fiesta, vi sus celos causados por David cuando sujeto mi mano y también vi y sentí que Peter, ese Peter que me miraba en ese momento con sus grandes ojos esperando mi respuesta de verdad creía que era el destino el que hizo que nos encontráramos.

-Lo lamento-dije-no creo que exista algo como el destino y si pensaste que por besarte me gustabas o algo así, pues te informo que lo hice porque necesitaba librarme de un problema en ese momento
-Lo se, las chicas que te seguían,pero porque no crees en el destino-dijo tomando mi mano-yo creo que todos estamos relacionados de alguna manera pero solo conoces a las personas con las que estas destinado a encontrarte
-Es una idea romántica pero muy poco lógica-dije quitando su mano de la mía
-Acaso siempre te basas en la lógica, Rose-dijo Peter sonriendo
-Si, dije-sintiéndome absurda mente nerviosa y pequeña,como si fuese el único pez en el océano y Peter fuese un tiburón
-No tengo tiempo para esto, tengo muchas cosas que hacer-dije caminando frente a él y sin mirar atrás solamente evadiendo lo que sentía por este loco chico

Al caminar por entre los edificios de la universidad me estaba preguntando ¿porque evadía a Peter?, y aunque me doliese y fuese injusto la respuesta era muy obvia, porque pese a solo ser el hijastro de ÉL era su familia, y no podía enredarme con la familia de la persona que quería asesinarme y que recientemente descubrí logro hacerlo en otras vidas.

Después de contarles a mis amigas lo locos que se habían tornado mis días entre el entrenamiento con las sombras el sueño en el que moría y la niña que salve de la muerte les propuse un plan, era muy simple en realidad unir nuestros recuerdos para así crear una gran memoria colectiva e intentar juntar las piezas faltantes de lo que somos, empezamos por conseguir una libreta grande y un bolígrafo, en la página 1 escribimos lo de la aldea, los saludos, la despedida, y nuestros nombres: ZULEMNA era mi nombre y yo era la dirigente de mi pueblo, una persona en que todos confiaban, una persona que imponía respeto,ATMUN era Ani ella era mi hermana en este pueblo, la segunda al mando junto con KUON, ese es el nombre que le correspondía a Kim, las tres dominábamos el lugar, en la segunda página escribimos las reglas que hasta el momento nos habían impuesto as sombras:

Regla númeo unoNUNCA DEBES MOSTRARLE A LOS HUMANOS LO QUE ERES CAPAZ DE HACER-
-Regla número 2NUNCA HABLES CON LOS HUMANOS ACERCA DE TU PASADO
Regla 3: UN PASO A LA VEZ

Estas eran las reglas que hasta el momento las sombras nos habían dicho sin embargo hace dos días mientras me quejaba de lo difícil que era un ejercicio ellas mencionaron la regla 4:

Regla número cuatro: DEBEN APLICAR EN SUS VIDAS LOS DONES DE LA PACIENCIA Y EL ESFUERZO
Y mientas Kim les dijo que iba a ir a ser un trabajo cuando en realidad iba a una fiesta ellas dictaron su quinta regla

Regla número cinco:NUNCA MIENTAN  A MENOS DE SER NECESARIO,MUCHO MENOS A NOSOTRAS

Todavía no sabíamos a lo que ns exponíamos al romper una de sus reglas, pero era muy claro que por el momento intentábamos evitar problemas con ellas ya que era más razonable tenerlas a nuestro lado que en nuestra contra.

Dejamos unas cuantas hojas para las reglas que se les ocurrieran luego y seguimos escribiendo acerca de nuestras habilidades,telequinesis,poder de leer mentes y ver vidas, el poder de predecir un desastre, la habilidad de correr tan rápido como si se detuviese el tiempo,nuestras habilidades en artes marciales y manejo de armas, en fin escribimos la mayoría de las habilidades que habíamos adquirido en los meses pasados. y en la última parte escribí mi experiencia con el sueño en que moría.

Si sueñan ya sea dormidas o despiertas sobre algo que les parezca irracionalmente real, les pido por favor que lo escriban aquí-dije- se que estamos ocupadas por nuestra cuenta y que reunirnos como lo hemos hecho durante las tardes va a ser muy complicado, sin embargo si quieren contarme algo o contarnos solo deben escribirlo aquí,entendido?

-Si jefa-dijeron Kim y Ann al unisono entre risas 

Así fue como empezamos un diario entre las tres de nuestros sueños o cualquier cosa que nos llevará a descubrir quienes somos,Ann solía decir que no eramos humanas por toda la cantidad de improbabilidades que podíamos hacer, pero Kim y yo no la tomábamos enserio, de lo único que podíamos estar seguras era que de nuestra humanidad, de todo lo demás desconfiábamos.

A la semana de empezar con la libreta nada había cambiado, yo estaba todavía evitando a Peter pero como si en verdad la vida nos uniera lo veía en cada esquina, inclusive me di cuenta que el iba a ser el asistente del profesor de compromiso social de la filología, una clase de cuatro horas a la semana que se impartía dos veces, fue una horrible sorpresa, e´l estaba ahí en frente de mi completamente serio, sin mirarme realmente y lo que fue peor aún fue ver como mis compañeras se derretían por él, inclusive Lau me comento que este era muy guapo, el me trato como a los demás o hasta peor, a mis  compañeros por lo menos les prestaba atención, a mi solamente me ignoraba.Ese día fue horrible, inclusive al salir llovió y Andrew mi chófer estaba en una tarea de mi empresa que le recomendé para ese día, caminé, el nuevo apartamento no quedaba muy lejos de la Universidad, pero igualmente me moje demasiado, hasta hacer a mis pobre zapatos chillar.

Al llegar a mi apartamento y luego de tomar una ducha caliente y prepararme un te verde para el cansancio, me senté frente a la libreta ya que las tres prometimos mirarla aunque sea por un momento por aquello de alguna novedad, y si que la había, Kim había escrito, y lo que decía me dejo perpleja:

Lunes 17 de marzo:

Tuve un sueño interesante esta mañana el problema es que estaba despierta en medio de la grabación de mi disco y no se como pero se que no era un sueño, todo empezó con uno de los característicos chispazos que me dejan un poco mareada, pero esta ves el mundo se empezó a mover, empece a ver manchas negras como cuando estas a punto de desmayarte, pero esos puntos se convirtieron en colores y esos colores en formas, así que de repente estaba en otro lugar, estaba vestida de colores dorados, con sedas y piedras preciosas bordadas en las mangas y la falda de un vestido hermoso, largo hasta el suelo, el sitio olía a incienso y comida, había un tipo oriental con un traje dorado y brillante, entonces mi mente recordó algo

Su majestad-dije-
Hiu Bin-dijo su majestad-ven aquí siéntate a mi lado

Hice lo que su majestad ordeno y nos sentamos juntos sobre un cobertor cercano a las velas el cual estaba en el suelo, su majestad se puso de rodillas por detrás de mi y con una paciencia infinita empezó a quitarme el vestido,deslizando sus dulces manos desde mi clavícula a mi cintura entre un beso y el siguiente desprendí la túnica de su majestad, tuvimos sexo, pero no como en esta vida, en ese momento tenia sexo con una persona que pese a su poder era tierno, amable, un amante sensual, cada caricia era increíble, y tener el poder de complacer y hacer temblar a su majestad, me hacia sentir como la persona más poderosa del universo,como si dominarle, me hiciera poder dominar al mundo.

Escribir esto es bastante difícil, me sonrojo con solo pensarlo, chicas imagínense yo ahí cuando por fin desperté de este sueño-no sueño estaba roja, sudorosa y excitada, se que se es raro, pero nada de lo que nos ha pasado no lo es, es dije que me sentía mal, y me dijeron que tenia un poco de fiebre, he aquí la verdad sobre esa fiebre, tenias razón Rose es completamente real lo que no sabía es que lo puedo experimentar en cualquier momento, ahora tengo un poco de miedo

Atentamente: Kim

Hui Bin se le llamaba a la concubina número uno de su majestad, este tenia dos aparte de la reina, si alguna concubina tenia antes que la reina un hijo varón se le llamaba Reina madre, esto paso contigo en la dinastía Joseon en lo que ahora es Corea,  yo era la costurera real, Ani era la sirvienta de la Reina, su mano derecha, no tengo idea como se todo esto Kim, solo te lo dejo como una nota aclaratoria supongo-escribí en la libreta de los sueños compartidos

Reí un poco con la confesión de Kim pero también estaba asustada de lo que podría ver y en los momentos en los que los podría ver, en medio de un examen, en la carretera, cuando estuviese con mis compañeros o si conseguía un novio y algo tan vergonzoso me pasaba, me moriría de la vergüenza.

A los pocos días de la nota de Kim encontré otra pero esta ves de Ani:


Jueves 20 de marzo

Hoy me paso algo similar a lo que ustedes describen, estaba descansando después de clases en el árbol donde Rose y yo almorzamos regularmente cuando sentí el mareo y de pronto estaba en una galería de arte, habían gritos, personas corrían de un lugar a otro, pude oler el humo y al darme la vuelta vi el fuego cerca de mi, alguien, empece a gritar, a llorar, quería salir de ahí tanto que mi pecho dolía, mi cabeza empezó a dar vueltas y entonces caí, me golpee con el suelo, y cuando estaba apunto de rendirme alguien apareció, ustedes dos tontas corrieron hasta donde yo estaba y me ayudaron a levantarme, rompimos un gran vidrio y saltamos fuera, empezamos a caer pero eran muchos pisos de altura, mi corazón latía a mil y tenia la boca seca y cada musculo del cuerpo dolía por la presión del aire al caer, pero no morimos, caímos de pie como un gato y sin rompernos nada, empezamos a correr pero alguien nos seguía no pude ver muy bien quienes eran, pero saben chicas creo que eran las sombras y lo peor de todo es el miedo que sentía de que me atraparan, ojala completen en algún momento mi sueño, porque si esto es así estamos en peligro.

Atentamente : Ann

Después de lo que Ann había escrito, vi una nota de Kim que decía, "yo recuerdo que esa era tu galería y que ÉL la quemo, no se como lo se, no lo vi, no tuve uno de nuestros locos sueños, solo lo se"

Pensando un poco sobre el tema había algo que yo también sabía así que agregue otra nota para cuando ella pudieran leerla:

Yo recuerdo que las sombras nos querían asesinar porque rompimos las reglas, no se como pero se que las sombras nos protegerán solo mientras estemos siguiendo sus reglas, si las rompemos estamos muertas.

Yo misma acababa de escribir esa oración pero todavía no la entendía completamente, las sombras nos matarían, tal ves ya lo habían hecho, también sabía que vivimos muchas vidas diferentes, y que este solo era el principio del descubrimiento.

















miércoles, 22 de enero de 2014

Cuentos de muerte y compasión


Ana mira la luna desde la ventana del hospital
lleva meses y meses esperando, tal ves, el juicio final
la vida le brindo a ella más de lo que podía resistir
un médico serio con calva le dijo que iba a morir

Seis meses han pasado entre llantos y dolor
de sus amigos y allegados incluyendo su gran amor
todos le dicen y repiten que todo estará bien
pero miran infelices pasar el tiempo también

La vida es relativa todo en ella lo es
pero la muerte es segura , ella lo sabe también
no le teme a la muerte pues solo mueres y ya
pero teme por la suerte de las personas que va a dejar

su novio triste la besa y le dice "lo siento mi amor"
pero en este punto ella tiene certeza de que es pura compasión
las personas dicen lo siento una y otra ves
pero es por su miedo ciego de lo que harán con su vida después

La muerte es tan fácil, solo te vas y ya
lo difícil de estar enfermo es la pena que causarás
El amor de Ana la mira en su momento final
y ella solo le pide que deje el momento pasar

Ana tenía razón todos lloran y gritan
pero es por compasión hacia sus propias vidas
¿y ahora que haré?,¿como viviré sin ella?
todo se trata de ti no de la persona muerta.

Egoísmo es el sarcasmo de la muerte
que se burla en la cara de Ana de repente
Él no se preocupaba por ti... parece decirle seriamente
solo por lo que haría después, de enfrentar tú triste muerte...









domingo, 19 de enero de 2014

La Muerte del Destino,Capitulo 9


Capítulo 9:

                           Bienvenidas a una nueva vida


Nos mudamos a un apartamento de lujo en la misma ciudad de New York, en la gran manzana, no podíamos irnos del estado o salir del país porque teníamos cosas que hacer, Ann y yo teníamos que terminar nuestras respectivas carreras y Kim tenia un disco que gravar.

El apartamento era un Penthouse,era un edificio de más de 20 pisos,mucho más grande que el anterior, con una maravillosa vista y suficiente espacio para que pudiésemos practicar nuestras artes marciales, desde luego que las sombras conocían nuestra localización, para ese entonces temíamos no poder deshacernos de ellas nunca, pero ya no importaba tanto, ellas se convirtieron en parte activa de nuestras vidas al igual que David, el cual estaba en una gira por todo el mundo,pero llamaba a menudo y hacíamos videoconferencias muy seguido, en este mundo conectado era imposible no estar pendiente de él, aunque estuviera en Asia.

No todo iba tan bien como lo esperaba, según informaciones que obtuvieron las sombras ÉL estaba planeando algo en nuestra contra  e iba a ser algo grande, ÉL quería rompernos, destruirnos lo sabíamos pero realmente queríamos vivir esta nueva vida. Mi empresa progreso muchísimo las ideas llegaban como oleadas a mi cerebro en cualquier momento del día y las escribía en donde fuese, computadora, celular,cuadernos o hasta en servilletas, fue entonces cuando note lo desordenado que estaba todo y decidí crear un aparato que siempre estuviera conmigo o  que pudiese llamar cuando lo necesitará, así nació en MPI(movile phone interactions), este pequeño amigo parecido a un celular pero con una memoria similar a la de una supercomputadora que logre al adaptar el alfa-omega como fuente de poder inagotable, el MPI respondía a mi llamado pero no solo eso tenia una memoria artificial que lo hacia responder racionalmente a determinados problemas, además podía caminar hasta donde yo estuviera o volar con un pequeño propulsor de aire que le instale para mayor facilidad, puse cinco claves de seguridad en este y así dividí mis ideas en cinco categorías según el grado de importancia. Desde que cree el Alfa-Omega, Ann, Kim y yo nos reuníamos en las tardes o en la noche en la sala de nuestro apartamento haciendo un pequeño debate de si las ideas que había tenido durante el día era bueno llevarlas acabo o no, porque habían muchas ideas que no podía llevar a cabo como por ejemplo una maquina del tiempo o jugar entre varias dimensiones, porque existían leyes y acuerdos internacionales como el que decía que no se puede jugar con el tiempo-espacio

Si pudieras ir al pasado adonde irías-pregunto Ann a Kim
Iría a un concierto de Kurt Cobain y le lanzaría mi brasier-dijo como imaginándose el momento con una sonrisa traviesa

Reímos a carcajadas de la loca idea de Kim, entonces ella se puso seria y nos dijo:

Entonces ustedes que harían, espera, no me digan que tratar de conquistar el mundo, rio casi ahogandose

shuu tonta, no yo solo pasearía no sería bueno cambiar algo y que el mundo quede peor-dije
peor de lo que esta-refuto Kim mirándome con los ojos entrecerrados
Tal ves, pueda ser peor-dijo Ann defendiendo mi idea
Si, si, si... tal ves fuésemos dominados por los simios-dijo Kim riéndose, con esa risa contagiosa tan propia de ella con lo cual nos fue imposible luchar

Esa clase de conversaciones pasaba cada tarde y un día se nos unió un integrante más, el novio de Kim, Alexander al que llamábamos por abreviar Alex, él era irlandés por lo cual tenía un gracioso acento, era alto, mucho más alto que Kim y mucho más blanco, con grandes ojos marrones y cabello del mismo color.

Kim y Alex empezaron a pasar mucho tiempo Juntos inclusive él dormía en el apartamento en algunas ocasiones, pensé que esto le molestaría a Ann ya que ella es más estricta con las reglas que yo,pero no fue así,desde que nos mudamos al apartamento la principal era no llevar a nadie, cualquier desconocido podía ser peligroso, pero luego de leer sus pensamientos y con la nueva habilidad que las tres habíamos estado practicando de entrar en la mente de una persona y ver toda su vida con solo tomarlo de las manos,o mirarlo fijamente a los ojos por un par de minutos, nos dimos cuenta que Alex era confiable, en realidad era un buen chico algo juguetón y bobo.

Teníamos casi dos meses de vivir ahí y no conocía realmente a los vecinos excepto  a uno, un chico ingles muy guapo, que vivía en el piso de abajo y eso solo por casualidad ya que Ani me dijo que le gustaba pero que parecía ser extremadamente serio, pero con una profunda mirada llena de misterio, a Ani le gustaban mucho este tipo de chicos, los que se hacen o son irresistibles, los que no miran a una chica linda cuando esta cerca o si lo hacen es con discreción, bastante indiferentes para estar realmente conscientes del mundo que los rodea.Según me dijo se llamaba Richard y estaba en la misma carrera que ella, por lo cual lo había visto muy seguido, después de coquetear un poco y un pequeño incidente en que derramo café sobre él, este la invito a salir, a un museo de arte, cuando me dijo que la cita sería a un museo me reí bastante pero supuse que cada persona que vivía en ese edificio era como Richard, seria, sofisticada y lo suficientemente rica para pagar 8000 dolares de renta mensual.

Al salir de la universidad y entrar al lobby, me saludo el guarda de seguridad un pequeño ademán y me dirigí al ascensor, ese día había llovido mucho y estaba empapada pese al auto que habíamos comprado, junto al chófer al que le pagábamos que siempre iba consigo un paraguas me moje caminando pensativamente por las calles internas de la universidad.Entonces lo vi, hablando con alguien por teléfono era Richard, iba por Ann para la cita  y me saludo amablemente, al llegar al apartamento ya habíamos discutido todos los temas de política, economía y deportes de moda en ese momento,Ann abrió la puerta vistiendo un hermoso vestido azul plegado que la hacia ver más alta y hermosa,él sonrió al verla y le ofreció el brazo para irse, lo oí mencionar que tenía que regresar temprano porque tendría una visita imprevista, su compañero de habitación llegaba luego de sus vacaciones y planeaba hacerle algo respetable de cenar, Ann dijo que no había problema y los vi irse, recordando de pronto que la próxima ves que lo viese tenia que leer sus pensamientos.

Esa misma noche tenía planeado ir al supermercado a comprar algunas cosas que nos hacían falta, ya que no debíamos meter gente extraña no teníamos ninguna empleada domestica por lo tanto debías hacer todo por nuestra cuenta, al salir del supermercado sentí algo extraño, como un dolor punzante en el pecho, me quito el aire y tuve que detenerme y respirar lentamente y entonces vi algo tan vivido como si estuviese pasando en ese momento, una niña pequeña de tal ves dos o tres años se soltaba de la mano de su mamá y se internaba en un callejón en donde se estaba librando una pelea de pandillas, una bala perdida, su madre corriendo hacia ella, los tipos corriendo alejándose de la escena y los gritos y el llanto incontrolable, era realmente desgarrador.Me vi a mi misma de pie con todo lo que llevaba en las bolsas tirado en el suelo y las lagrimas corriendo por mis mejillas por la horrible escena y por lo dulce e inocente que había sido la victima.

Me encontraba en esa posición, abrazándome a mi misma en un gesto protector como si haciéndolo no volvería a ver nada tan aterrador, cerré los ojos llenos de lagrimas y de pronto alguien me acerco un pañuelo, sentí la suave textura en mis manos, abriendo los ojos la vi, la pequeña niña muerta estaba dándome un pañuelo y atrás de ella estaba su mamá que acababa de salir del supermercado, abracé a la niña hasta que su madre la tomo por el brazo y la empujo lejos de mi, la loca que estaba llorando sola fuera del supermercado,estaba asustada y sorprendida, no entendía que demonios pasaba, hasta que puse mis ideas en orden, las había visto cerca del callejón, la madre llevaba unas bolsas que bajo poniéndolas temporalmente en el suelo para poder contestar el teléfono, la niña soltando a su madre y corriendo por el callejón y bueno lo que paso después, luego vi realmente a las dos salir del supermercado, la niña me dio el pañuelo... entonces... vi el futuro, no se como esto pudo ser o si solo era un juego de mi mente, pero no iba a ignorarlo, corrí tras de ellas, las encontré como en mi sueño cerca del callejón, la niña se soltó de la mano de su madre, fui tras ella con toda la velocidad que podía utilizando mi energía al máximo, pase al lado de su madre sin que lo notará y llegue hasta la niña, me interpuse entre ella y la bala activando mi campo de energía, los tipos detuvieron su pelea y mirándome hicieron una tregua sorda para atacarme, la madre llego en un momento tomando a su hija del brazo sacándola de la escena, viendo que sus disparos no servían contra mi fueron a atacarme personalmente con filosas navajas y cuchillos que no había visto jamás, los esquive, pero mi energía estaba muy escasa porque había entrenado durante la tarde con las sombras y el correr hasta allí, además del escudo hizo que mis movimientos fueran más lentos, dos tipos se abalanzaron contra mi a la ves patee a uno hasta un basurero cercano pero no pude esquivar al segundo que me hizo una herida profunda en el brazo, intento golpearme una segunda ves pero yo fui más rápida fui detrás de él y le torcí el cuello en una posición asquerosa, la pelea duro unos minutos más y al terminar estaba agotada con el brazo herido y un golpe en la pantorrilla. La madre y su hija llegaron después con la policía pero yo ya me había ido, estaba observando todo desde la esquina de la otra calle con el corazón acelerado, me dirigí al supermercado donde me estaba esperando mi chófer Andrew me pregunto en un galante alemán si me sentía bien y yo le respondí que si, recordando que la niña estaba viva y que esa noche dormiría plácidamente junto a su madre.

En la entrada del apartamento me encontré con Ann y Richard, al verme los ojos de Ann se abrieron de par e par y corrió hasta mi, poniendo una mano por mi cintura me ayudo a caminar, Richard ante la negativa de ir al hospital menciono que él tenia un botiquín de emergencias gigantesco, así fue como entre los dos me condujeron al ascensor y luego a la habitación de Richard, al entrar no había ruido así que supuse que su compañero de habitación no había llegado, ninguno de los dos me preguntaron inicialmente que me paso hasta que Richard fue a buscar el botiquín Ann me dijo que le tendría que contar todo más tarde, cuando llego Richard me pregunto que había pasado y estaba a punto de inventar una  historia que sonará más real que la misma realidad cuando alguien dijo:

Estas aquí,ohh y quienes son tus amigas,estas el usando el botiquín, soy muy bueno curando heridas
Richard se encontraba entre yo y esa persona por lo cual no podía verlo, pero reconocía su vos, lo hubiese hecho en cualquier lugar, siempre

Rose.... estas bien..estas herida, debemos ir al hospital, como es que estas aquí?-pregunto Peter quitando de en medio a Richard y sosteniendo mi brazo
Peter-dije-que demonios haces aquí, acaso me seguiste, como es que siempre te encuentro, es imposible
Estoy aquí porque este es mi apartamento en el cual he vivido durante años, pero no es imposible-dijo sosteniendo sus manos junto a las mías-es el destino
Pues el destino es más cruel de lo que piensas-dije mirando a Ann

Peter intento hablar conmigo ese día pero realmente estaba agotada, no tenía fuerza para nada, mucho menos para una plática tan complicada, no podía creer en Peter, no realmente aunque en realidad quería hacerlo, pero si le decía a su padre que estábamos ahí el seguramente vendría a matarnos, no sabia si todavía podía considerar mi apartamento como un lugar seguro, se que nunca lo fue completamente pero ahora con Peter cerca lo era mucho menos, intentaba pensar en él como un enemigo pero no podía algo en sus ojos me decía que era inocente, le dije que tomaría un café con él después ya que había sido un largo día y necesitaba descansar, me llevo a mi apartamento y se despidió con un fugaz beso en la mejilla.

Ese día después de contarle a Ann y Kim lo que sucedió me fui a mi cama sin poder conciliar el sueño, trate de pensar en otra cosa que no fuese Peter y luego de mucho intentarlo lo conseguí, pensé en la niña y su madre y en que yo logre salvarla, en su sonrisa, también en todas las cosas que ella podría hacer con su vida  y sintiendo una paz inmensa, poco a poco mis ojos empezaron a cerrarse.








viernes, 17 de enero de 2014

La Muerte del Destino, Capítulo 8


Capítulo 8:

                             El Alfa-Omega


Al llegar a New York las cosas cambiaron mucho, ahora teníamos que lidiar con las sombras y con nuestro nuevo invitado David, no podía decirle que se fuera ya que como dijeron las sombras el era uno de los siete, siete personas que debían protegernos y él lo había hecho, según me contaron David salvo a Kim después que yo me desmayara en Londres, por lo cual estaba sumamente agradecida.

Las sombras nos dieron algunas indicaciones practicas ahora que ÉL conocía nuestras identidades, además del hecho que conocíamos a su hijo,no salir de noche, no caminar por callejones solitarios, salir preferiblemente juntas, no confiarnos al estar en a universidad o en el apartamento,entrenar nuestras habilidades además de nuestro cuerpo y lo principal, tratar de recordar quienes somos o lo que somos lo más pronto posible, luego de decir todo esto se fueron, esta ves no se evaporaron en el aire solo utilizaron como todo el mundo la puerta. David sin embargo se quedo unos días en nuestra casa luego de los cuales se marcho a la casa de su representante porque tenia que empezar una gira la semana siguiente.

Todo permaneció tranquilo y pese a sentir escalofríos con el mínimo ruido sorpresivo, seguimos con nuestra vida lo mejor que pudimos, claro teníamos que lidiar con las clases de karate, judo, taekwondo, peleas callejeras, estilo libre, boxeo, además de tiro al blanco con un arma o una flecha, en fin todas las disciplinas que las sombras nos enseñaban, claro nosotras ya los conocíamos, bueno nuestro cerebro lo sabia, pero ellas eran mejores y mucho más veloces. Durante el día todo continuaba igual, salíamos las tres de nuestro departamento hacia la universidad e intentábamos parecer lo más normales posible, tuvimos una conversación seria sobre este tema yo empece diciendo:

-No podemos ser las mejores de la universidad, todo el mundo sabe que vivimos juntas y Kim tu no puedes seguir destacando tanto
-Entiendo dijo Ann pero como vamos a pararlo, cuando viene ese chispazo ya sabemos la respuesta
-Entonces pones la respuesta que sabes que es equivocada-dije categóricamente-aparentar  normalidad
Mentir?-pregunto Ann
No es mentir, es solo intentar ser como eramos antes-dijo Kim analizando-Por mi parte esta bien, lo único que no puedo cambiar es mi vos, saben que voy a gravar un disco
-Eso esta bien-dijo Ann-debes hacerlo ya te comprometiste, además ya te oyeron cantar
-Saben porque les estoy diciendo esto, verdad?-pregunte?-si ÉL le pregunta a Peter donde vivimos seguramente le dirá, pero si nos busca en la universidad, será entre miles de estudiantes por lo tanto no podemos ser las más destacadas, este semestre debes asegurarte de no matricular ningún curso con Peter y en a medida de lo posible intentar no volverlo a ver jamás(dije esto bajando un poco la mirada, pensado en lo fácil que es hablar)
-Ok, no voy a a llevar cursos con él, aunque pueda atrasar un poco mi carrera-menciono Ann pesarosa
-Se que es injusto Ani pero es por seguridad-dije
-Nuestra vida no volverá a ser la misma?-pregunto Kim
-No, jamás lo será-dije suspirando

Tratando de cambiar de tema les conté sobre lo que quería hacer, fundar mi empresa, en secreto,una empresa dedicada a la creación de nuevas tecnologías, les conté sobre las ideas que tenía para cerrar la capa de ozono, crear una maquina del tiempo, o por lo menos jugar con el tiempo espacio(en ese momento no sabia que existían leyes contra esto),pero tenia algo que quería hacer primero, investigar sobre el estado actual del planeta, calentamiento global, contaminación y posibles problemas en el espacio que podrían afectar el planeta, tenia estimado que la investigación duraría 2 meses, si ÉL no aparecía antes y me asesinaba.Ellas estaban felices con mi idea, así que ese mismo día funde la compañía llamada RAK tecnology, lo hice esperando que ÉL no se diera cuenta o simplemente lo dejará pasar.

Los días pasaron,luego semanas, así llego el primer mes y nos habíamos convertido en expertas en artes marciales, además no había visto ni a ÉL ni a Peter, lo cual me mantenía muy inquieta, pero mi investigación tomaba mucho de mi tiempo así que no pensaba mucho en ellos y cuando lo hacia mi mente se iba hacia Peter primero hasta que recordaba que es el hijo de ÉL.

En cuanto a mi investigación se fue volviendo más inquietante, el estado del planeta era pésimo, la cantidad de años que el ser humano podría vivir en este ambiente era menos de 70 años, lo cual dejaba a las futuras generaciones en un grave aprieto, quería hacer algo, más que eso, necesitaba hacer algo, era una necesidad real como respirar o comer, algo instintivo y único, fue de esa necesidad que nació una idea, al inicio parecía imposible, pero ahora sabia que no existe nada imposible,así que empecé a pensar en esta loca idea, un chip capaz de crear energía o más bien reciclar energía positiva, utilizar la energía proveniente de los protones , lo cual hasta el momento era imposible, se necesitan electrones para crear energía, o eso era lo que pensaba, pero era posible utilizar la energía positiva en un circuito permanente de manera tal que ciudades enteras se pudiesen alimentar por muchos años, el principio era el mismo que una batería que no se descargara nunca porque tendría un pequeño almacenamiento de energía que creara a su ves más energía, se que suena complicado, pero al pensar en las condiciones del mundo en este momento no pude evitar ponerme a trabajar, día, noche, madrugada, pasaron cinco días antes de darme cuenta que no había comido o dormido y no fue que yo lo recordará, fue Ani que ya estaba cansada de la irresponsabilidad que tenia con mi cuerpo

-Si quieres seguir adelante con tu proyecto debes comer y dormir, te duchas y crees que ya eres humano, vamos te preparé una cómoda nutritiva, lentejas con carne, arroz blanco y ensalada, jugo natural de cas,

 La comida me pareció deliciosa y dormir un rato me ayudo a descansar, estaba soñando con un lugar hermoso parecía ser el mediterráneo, estaban dos personas hablando en un idioma extraño que identifique con la sabiduría que tenemos en los sueños como griego, eran dos hombres atractivos, uno de ellos se aproximo a mi, me tomo por la cintura y me dio un apasionado beso que me dejo sin respiración momentáneamente, sonreí, tomo mi mano y me condujo por un pasadizo estrecho mirando ocasionalmente así mi con una sonrisa de complicidad, lo que me pareció hermoso, sabia que era un sueño pero parecía tan rea como si hubiese visto su rostro millones de veces, me introdujo en una pequeña habitación, hasta ese momento no había notado que el lugar se tambaleaba , era claro que estaba en un bote, tal ves un yate, por la ropa podía decir que estaba en los años 20,yo con un vestido volado y él con un traje gracioso, con tirantes y un sombrero torció en un lado,me beso nuevamente, esta vez lo correspondí, comenzó a acariciarme,besando mi cuello, desnudarme lentamente, llegamos hasta la cama, "te vez hermosa esta noche", dijo en ese sexy acento griego,a lo cual solo correspondí con una sonrisa, empezamos a retozar un poco, en un baile donde no se sabia donde empezaba uno y terminaba el otro,estaba a punto de volverme loca de la emoción con este extraño moreno de ojos oscuros y cuerpo torneado cuando alguien entro al cuarto rompiendo la puerta de un golpe,subí mi vestido en un segundo y saque una pequeña daga que guardaba en mi tobillo, muchas personas estaban entrando conté más de diez, me tire hacia adelante sobre ellos y empece a matarlos poco a poco, el chico que estaba conmigo al que mi inconsciente conocía como Demis luchaba a mi lado con la misma fiereza que yo, pero la suerte no estaba de nuestro lado, lo vi entrar a la habitación, era ÉL, atacó directamente a Demis alzando por los aires todos los objetos de la habitación, mientas ÉL usaba su telequinésis yo utilizaba mi energía como campo de fuerza para evitar golpes, pero estaba muy débil, ese día era el DÍA SANGRIENTO,lo que significaba que hasta la luna saliera completamente a las doce de la noche, mi energía solo se esfumaría, sabía que a ÉL le pasaba lo mismo, pero la diferencia era que ÉL nos superaba en número y sin energía sabía que nos mataría, fue un pensamiento casi doloroso, mi conciencia primaria sabía que estaba e mi habitación y que todo esto solo era un sueño pero mi conciencia en este sueño me contaba sobre todo lo que sabía esta chica que estaba a punto de morir e inclusive podía sentir sus emociones, miedo principalmente, no solo de morir, si no de que ÉL ganara esta batalla y de lo que pasaría con mis amigas, sucedió como lo pensé, mi energía se termino, ÉL se avalanzo hasta mi y me apuñalo solo una vez, directo en e estomago, Demis ya se encontraba en e suelo con un corte profundo en la garganta y un disparo en la frente, entre el mismo caos no pude notar en que momento lo asesinaron, con la ultima energía que me quedaba moví un ancla que estaba en mi campo de visión y la clave en el cuello de ÉL que estaba arrodillado mirándome, burlándose de mi, hasta que su garganta se inundo con sangre y murió rápidamente, ya no quedaba nadie vivo en la habitación todos estaban muertos y sabia que yo lo estaría dentro de poco, no podía sanar mi herida y ellas no estaban ahí, mis sombras estaban muertas lo sentía y arrastrándome hasta mi amante lo tome de las manos y empece a caer en un sueño profundo, poco a poco cada cosa que me ataba a ese mundo empezó a desaparecer y una paz desbordante me lleno por completo, sonreí pensando en que mis amigas no tendrían que lidiar con ÉL, ni con las sombras, todo se convirtió en luz y luego solo oscuridad

-Ann... Ani...ANNNNN-grite-estaba sudando, y lloraba, nunca lloraba mucho y no estaba segura si Ann me había visto llorar alguna vez, pero no importaba, el dolor que sentía por esa pobre chica que era yo pero no era yo me estaba ahogando
-Rose, tonta que pasa, porque lloras?solo fue una pesadilla, todo esta bien--dijo Ann, acariciando mi cabello-
-No lo se...Ann-dije sollozando-todo parecía tan real, ese pobre chico murió intentando protegerme, y yo morí también
-Solo fue un sueño -repitió Ann-
-No, no lo entiendes, cuando yo tenía ocho años fui con mis tíos a un río y estuve a punto de ahogarme,sentí lo mismo,Ani,la paz, esa paz sobrecogedora-dije empezando a llorar otra vez
-Tranquila-dijo Ani abrazándome-piensas que fue real, que estuviste ahí, algo así como una reencarnación?
Si, estoy casi segura que esa era yo, que morí, pero ahora estoy aquí.

Hablamos todo la noche al respecto, ella se quedo conmigo para que intentará descansar, pero no pude hacerlo, era imposible que pudiese hacerlo ya que cada ves que cerraba los ojos sentía que no podría abrirlos otra ves.

Al día siguiente seguí con mi trabajo, necesitaba algo que me distrajera de esta extraña verdad que se abría para mi, se que las sombras me pidieron que despertara pronto, que entendiera pronto quien soy, pero yo ya no estaba convencida de querer hacerlo, le pedía a Ann que no le dijera a Kim lo que había pasado para no preocuparle ya que ella también estaba trabajando muy duro para finalizar las grabaciones para su disco.

Por fin llego el día en que termine mi investigación y también mi experimento que resulto más que exitoso, una forma de crear energía re-utilizable, energía ilimitada, para que no utilizaran mi experimento para crear una bomba o algo por el estilo tuve que hacerle muchas modificaciones como por ejemplo si  a alguien se le ocurría intentar desarmarlo este crearía una pequeña implosion que mataría a la persona y aquellos que estuvieran en un rango de dos metros a la redonda, desde luego a la hora de comercializarlo esto se explicaría claramente para así evitar perder vidas humanas de manera innecesaria, ya que la energía viajaba entre un puerto conocido como alfa hasta otro conocido como omega lo nombre EL ALFA-OMEGA, lo más difícil del alfa-omega era la transportación ya que por el material del que estaban fabricados debían viajar en un liquido especial con un PH variante o transportarlo de boca en boca, pero si alguien no lo pasaba adecuadamente o duraba con este más de 30 segundos explotaría matando al mensajero.

Pese a todo empezamos a comercializar con éxito el alfa-Omega, primero al gobierno norteamericano el cual vio un gran potencial y compraron 3 en cerca de cincuenta millones de dolares cada uno, desde luego no fue fácil llegar al gobierno con la idea, pero las sombras tenían contactos y luego de hacerme un examen de IQ(coeficiente intelectual) y al darse cuenta de mis capacidades tomaron mi idea con una completa seriedad, lo mejor del alfa-omega era que no había que hacer muchos cambios para que las personas recibieran electricidad en sus hogares, solamente adaptarlo en la central eléctrica y ya, energía pura y estable.Las personas empezaron a hablar de este magnifico experimento como lo llamaban y del genio de su creador, no fui a las noticias, no le dije a nadie excepto a mis amigas, las sombras y David que yo soy su creadora, el dinero llego rápidamente y con el nos cambiamos a un apartamento más grande en un lugar donde esperábamos ÉL no nos encontrara y donde no volviera a ver a Peter, pero lo que no sabia era que otra ves el destino jugaba en nuestra contra.


Prologo, La Muerte del Destino


Prologo:

Ann, Kim y Rose son amigas desde muchos años atrás,las tres tienen personalidades diferentes pero se complementan perfectamente y dependen unas de otras para sobrevivir, una noche después ser seguidas por unas misteriosas chicas en una fiesta son asaltadas en las inmediaciones de su departamento, pero no es un asalto común, no quieren dinero lo que realmente desean es asesinarlas, ellas se defienden y para su sorpresa asesinan a los asaltantes y estos desaparecen en el aire, luego de esto aparecen las sombras, las chicas que las seguían antes, volteando su vida de cabeza, haciéndolas conocer sus limites, volviendo sus vidas un caos y cuando pensaron que no podría existir nada peor conocieron a ÉL, asesino despiadado, nacido especialmente para destruir y atormentar, padre de Peter, un chico dulce y misterioso que atrae a Rose, pero ella sabe que es imposible una relación con Peter porque ÉL no lo permitiria, pero y si la relación se da, que hará ÉL entonces?, y que harán Rose, Ann y Kim para sobrevivir, amor, misterio, irá, sufrimiento, muerte,vdas enlasadas y destinos trasados miles de años atrás, esta historia esta llena de emociones y sentimientos encontrados que te harán reír y llorar a mares

miércoles, 15 de enero de 2014

La Muerte del Destino, Capitulo 7


Capítulo 7:

                      Destino o Premeditación



"El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad."
Giovanni Papini

Peter se acerco con la mayor naturalidad, como si no lo hubiese visto en otro país al lado de mi más reciente y peor enemigo, observo, tensándose un poco por la manera en que David sujetaba mis manos entre las suyas, instintivamente las retire más rápido de lo que hubiera querido ya que David lo noto, susurrando en mi oído que se retiraba,porque necesitaba preguntarle algo a las sombras, no se si realmente se ofendió o enserio tenía que hablar con sus torturadoras.ÉL se acerco junto con Peter mirándome como si fuese repulsiva, esta vez su sonrisa se esfumó y no aparento cortesía, es más, se mantuvo callado, dejando a Peter tomar la palabra:

-No te parece que es mucha coincidencia encontrarnos aquí-dijo, con su característica sonrisa torcida en los labios-o tal ves sea el destino-menciono esta ves inclinándose un poco más cerca de mi
-Ustedes son?-preguntando directamente por la relación entre ambos
-Oh si disculpa, él es mi padre Tomas Weer,dijo Peter-Padre ella es una compañera de mi universidad Rose

No sabía si estaba aparentando desconocimiento o si en realidad no sabía que ÉL, su padre, quería asesinarme, como sea estaba estupefacta,paralizada, sin poder responder adecuadamente a aquella presentación, recordé todas las lecciones de los últimos días pero solo pude hacer un ademán de asentimiento, me encontraba en una situación muy incomoda,quería creer en Peter pero no podía, jamás creí en las coincidencias, mucho menos en una tan grande, además aunque creyera en el, aunque fuese cierto que todo esto solo es una estúpida coincidencia, como podía sentir algo por el hijo del bastardo que no solo me amenazaba abiertamente a mi, si no también a mis amigas.

-Peter, que haces aquí-pregunte-no te había visto desde nuestro pequeño incidente

Aunque ahora no sabía si en realidad era un accidente o algo planeado entre los dos, padre e hijo unidos para acabar con nosotras no sonaba tan descabellado después de todo lo que había pasado.

-Ese día mi padre me llamo para que viniera a hacerme cargo de la empresa de filmación que posee, primero tuve que hacer un viaje corto a Corea por un asunto de mi madre, pero me insistieron en que debía venir a esta fiesta ya que es en la que se reúnen los empresarios más poderosos, no es así?-pregunto Peter a su padre
-Si, eso es cierto, pero todavía no me dices como conoces tan bien a esta señorita?-dijo ÉL un poco frustrado
-Ya te lo dije es una amiga de la Universidad, en realidad es una amiga de una compañera de clases, nos hemos visto un par de veces

El resultado de dicha afirmación fue como un golpe en el estómago para ÉL, lo puede ver en sus ojos el miedo, estaba creyendo que yo me acerque a Peter para matarlo o amenazarlo, como si fuese una carta, que sacaría de mi manga en cualquier momento, no fue solo una sensación yo lo estaba haciendo otra ves, leía sus pensamientos, en el momento adopte una postura más firme, mirándolo a los ojos con frialdad, como si realmente fuese capaz de hacerle daño a Peter, lo que ÉL no sabía era que eso era realmente imposible.

-Disculpen pero mis amigas deben estarme buscando-dije evitando seguir con esa incomoda situación
-Si pero antes de eso dime como es que llegaste aquí?, no quiero ofender pero esta fiesta es exclusiva
-Lo se -dije- no hemos conversado tanto como para que sepas que soy una empresaria destacada del mundo de las nuevas tecnologías.
-Oh, lo lamento no quise sonar prepotente, es solo que su departamento..., no olvídalo-dijo Peter un poco sonrojado, con lo cual ÉL entrecerró los ojos meditando acerca de la oración inconclusa
-Hasta Luego-dije-con un gesto informal de la mano, que se no debería hacer.

Busque a Ann y Kim, pero encontré de primero a David y las sombras, les dije lo que había pasado y desde luego que ellas lo vieron como una clara ventaja.
-No, No... no van a tocar a Peter, si tanto me necesitan y a mis amigas, lo van a dejar fuera de esto-dije con el rostro ardiendo de irá
-Esto no es un juego y no podemos cuidar a tu noviecito, si tenemos ventaja la aprovecharemos, debemos cuidarte pero también debemos hacerte entender-dijo la sombra líder
-Peter no es mi novio-dije sonrojandome-ustedes deben entender que no tocaremos inocentes, leí su mente y la de ÉL, Peter no sabe nada, entendido.

Mi vos sonó más agresiva y amenazante que nunca y pude sentir como todos los músculos de mi cuerpo se tensaban ante la idea de que ellas le hicieran daño a Peter, no lo iba a permitir, él era un simple espectador en esta guerra que comenzaba y no pensaba permitir que fuese una victima.

Ellas aparentemente se relajaron al ver mi actitud, como si tuviesen un poco de miedo de lo que podría hacerles, me aseguraron que todo estaría bien, pero antes de que mi habilidad telepática se apagara pude leer un "por ahora".Ellas me permitieron hablar de esto delante de David por lo que supuse que él ya estaba adentro de este juego, no sabe exactamente porque, pero cuando empiezas ya no hay vuelta atrás.

Encontramos a las chicas conversando con un corpulento hombre Ruso, probando sus nuevos conocimientos en idiomas y recibiendo bastantes halagos.

-Простите, позвольте мне момент (disculpe, me permite un momento)-dije mirando a mis amigas
-ясно(claro)-respondió el sujeto amablemente

Sujete a Ani del brazo y ella a su vez tomo la mano de Kim empujándonos hacia la esquina en donde estaban las sombras y David, después de presentarlas a David y contarles la breve explicación que las sombras me habían dado diciendo que él era parte importante de nuestra misión.

-No solo eso-dijeron las sombras al unisono-David es uno de los siete, siete personas que nacieron para protegerlas y que ustedes deben encontrar, esa sensación que se que tienen al verlo y tenerlo cerca, sabemos que es muy fuerte, lo mismo sentirán por los otros seis.
-Los Siete y ustedes también deben protegernos?-pregunto Kim
-Si, digamos que somos como una pirámide, abajo están los aliados, tan antiguos como ustedes, pero en lugar de poseer todas sus habilidades tienen una o dos,la sensación que sentirán por estos es similar a la que sienten por David pero debilitada.
-Habilidades?, como la capacidad de aprender algo que no sabíamos?-interrumpió Ann
-Te equivocas, esas cosas si las han aprendido, lo han hecho durante siglos, lamento no poder explicarte, como o porque-dijo la sombra subordinada
-Nos referimos por ejemplo a la habilidad telepática que ha experimentado Rose en estos días-dijo la sombra líder mirando de reojo a la subordinada-pero hay más, mucho más, cosas que solo ustedes pueden hacer y que inclusive nosotras no podemos
-No creo que deberíamos hablar de esto aquí-dije
-Volviendo a la pirámide-hablo la sombra líder, ignorándome- varios escalones por arriba de los aliados están los siete, un poco más arriba nosotras y en la punta están ustedes, sin ustedes la misión no resultaría.
-De que misión hablan-pregunté
-No..., tienes razón, es peligroso hablar de estos temas aquí, debemos irnos

ÉL camino en medio del salón sin mirar realmente a ninguna parte, algunas personas vestidas de negro se le acercaron, las sombras ordenaron que me concentrara e intentara leer su mente, el problema es que me encontraba muy lejos de él, inclusive apenas podía verlo, sin embargo no podía ignorar lo que me decían y me esforcé,al inicio las voces de cientos de personas invadieron mi mente, diciendo tantas cosas tan rápido que no podía entender, hasta que pensé en ÉL, su cabeza cuadrada, su mirada feroz, el abundante cabellos corto negro , su traje blanco y la rigidez de su cuerpo, lo visualice poco a poco, su mente estaba llena de miedo, ÉL tenia miedo de mi, pero no de lo que pudiese hacerle a su hijo como yo lo había pensado si no porque si yo mataba a Peter las acciones de la compañía que estaban a su nombre pasaban a su hermano mayor haciéndolo socio mayoritario, perdiendo así el poder sobre sus negocios, ÉL llamo a alguien y le susurro algo al oído,pero estábamos demasiado lejos para siquiera leer sus labios, su error fue pensarlo,porque yo estaba navegando en su cabeza.Seguramente ÉL sabía que yo poseía ciertas habilidades, pero al no tenerme en su campo de visión se confió, MÁTALAS!!!, no las dejes ir susurro su cerebro.

-Tenemos que salir de aquí, ahora-dije

Caminamos discretamente escabullendonos entre los invitados, hasta llegar a la puerta, corrimos hacia el auto, que derrapo un poco al acelerar violentamente.

-Uff, estamos a salvo-dijo Kim mirando coquetamente a David que prefirió irse con nosotras
-Leíste su mente a tiempo-dijo Ani riendo-esa es la frase más rara que he dicho
No celebren tan pronto, miren, nos están siguiendo, agachen la cabeza y sujetense fuerte

El auto acelero aún más, las sombras fueron a esa fiesta en una limusina, pero al salir solo estaba el auto que nosotras alquilamos, pequeño pero con un gran motor. Las personas que nos seguían aceleraron también llegaron hasta nuestro costado e intentaron sacarnos de la carretera que a esa hora estaba prácticamente desierta ya que no era una calle principal, nos golpearon un par de veces y esquivamos otras cuantas, hasta que lo lograron pusieron toda la fuerza posible en golpearnos, salimos disparados hacia el borde de un puente bastante alto, caímos unos segundos, pero pareció una eternidad, las sombras estaban tan calmadas como siempre, aunque pude notar una sombra de miedo en sus ojos, Kim, Ann,David y yo gritábamos a todo pulmón abrazados unos con otros en un enredo de brazos y piernas, el glamour y la compostura que tanto insistieron las sombras en enseñarnos no valieron de nada en una situación tan aterradora, en un segundo note que caíamos a un río, pero el agua no se acercaba, era tierra, el río estaba seco y nosotras moriríamos el primer día de batalla de un golpe fulminante,seguramente a ÉL le hubiese parecido muy gracioso, pero no, entonces sucedió otra vez, el chispazo del conocimiento olvido, un poco de mareo y yo solo tuve que levantar las manos un poco, abrir las palmas y observar, una luz azul tenue pero muy brillante salia de mi, de mi cuerpo y nos cubría a todos, el auto pareció frenar en el aire y en lugar de estrellarse con el suelo, solo se poso suavemente, dejándonos a todos excepto tal ves a las sombras con la boca abierta.

-Que fue lo que hice?-dije dejando por fin de brillar
-Esta es otra de tus habilidades, se trata de utilizar tu energía como escudo.
-Así que nos salvamos dije, empezando a ver todo borroso y desmayandome unos segundos después.

Desperté en una cama, pero era obvio que no era nuestro hotel este lugar apestaba, totalmente oscuro y horrible.

-Donde estoy?, que paso?,- dije realmente preocupada de no ver a mis amigas cerca
-Estamos en un motel,- dijo Ann-saliendo un rincón de la habitación con Kim, ambas tenían moretones y cortaduras en los hombros y en el rostro, me incorpore inmediatamente:
-Por Dios que les paso?-dije tocando el rostro de Ann y mirando a Kim
-Los tipos de antes, nos encontraron, estabas inconsciente, te dejamos a un lado y junto con las sombras y David peleamos contra ellos, pero estaban entrenados y eran muchos, así que nos costo más trabajo deshacernos de ellos, no sabemos si matamos a alguno, pero si os golpeamos bastante-dijo Ann
-No podíamos volver al hotel porque lo más seguro es que ÉL supiera que nos estábamos quedando ahí, así que vinimos a un motel de un barrio pobre, donde según las sombras, este no pondría un pie-menciono Kim

Así que nos acostamos las tres en una sola cama, hablando de todo lo que paso esa noche, de lo que ellas hicieron , lo que yo hice y la casualidad o el destino que nos unía a Peter  y a mi y lo triste que era que una persona como él fuese el hijo de ese bastardo, de lo cruel que era y de lo rápido que actuaba cuando algo le molestaba, hablamos de todo durante horas, al final Kim me hizo cantarle su canción favorita Chasing Cars de Snow Patrol, que decía que en mi nueva vos sonaba realmente hermosa.
-Saben como termina esa canción- preguntó  Kim
-No-respondimos al tiempo Ani y yo
-termina en que esa persona llega, se recuestan mirando el cielo azul y se olvidan del mundo, como nosotras juntas siempre.
-Esa idea es muy tierna, solo que en lugar de cielo tenemos este polvoriento techo y en lugar de olvidarnos del mundo lo comentamos-dije,con lo cual Ann y Kim empezaron a reír

Nos quedamos solo un par de horas en ese lugar, ese mismo día en la madrugada tomamos un vuelo privado a New York, no tengo idea cuanto dinero habían gastado las sombras en esto pero pensaba devolvérselo, realmente no quería deberles nada a tan aterradoras personas, entonces recordé lo que le había dicho a Peter, lo de que soy una empresaria de nuevas tecnologías, pensé que esa era una muy buena idea, con mis nuevos conocimientos podría crear tantas cosas y el capital inicial seria el dinero que me dejaron mis padres.

Pensé en Peter otra ves, pero esta vez en lo incomodo y complicado que sería verlo y en si debía decirle la verdad acerca de su padre.

El entierro prematuro, EDGAR ALLAN POE

Hay ciertos temas de interés absorbente, pero demasiado horribles para ser objeto de una obra de mera ficción. Los simples novelistas deben evitarlos si no quieren ofender o desagradar. Sólo se tratan con propiedad cuando lo grave y majestuoso de la verdad los santifican y sostienen. Nos estremecemos, por ejemplo, con el más intenso "dolor agradable" ante los relatos del paso del Beresina, del terremoto de Lisboa, de la peste de Londres y de la matanza de San Bartolomé o de la muerte por asfixia de los ciento veintitrés prisioneros en el Agujero Negro de Calcuta. Pero en estos relatos lo excitante es el hecho, la realidad, la historia. Como ficciones, nos parecerían sencillamente abominables. He mencionado algunas de las más destacadas y augustas calamidades que registra la historia, pero en ellas el alcance, no menos que el carácter de la calamidad, es lo que impresiona tan vivamente la imaginación. No necesito recordar al lector que, del largo y horrible catálogo de miserias humanas, podría haber escogido muchos ejemplos individuales más llenos de sufrimiento esencial que cualquiera de esos inmensos desastres generales. La verdadera desdicha, la aflicción última, en realidad es particular, no difusa. ¡Demos gracias a Dios misericordioso que los horrorosos extremos de agonía los sufra el hombre individualmente y nunca en masa!
Ser enterrado vivo es, sin ningún género de duda, el más terrorífico extremo que jamás haya caído en suerte a un simple mortal. Que le ha caído en suerte con frecuencia, con mucha frecuencia, nadie con capacidad de juicio lo negará. Los límites que separan la vida de la muerte son, en el mejor de los casos, borrosos e indefinidos... ¿Quién podría decir dónde termina uno y dónde empieza el otro? Sabemos que hay enfermedades en las que se produce un cese total de las funciones aparentes de la vida, y, sin embargo, ese cese no es más que una suspensión, para llamarle por su nombre. Hay sólo pausas temporales en el incomprensible mecanismo. Transcurrido cierto período, algún misterioso principio oculto pone de nuevo en movimiento los mágicos piñones y las ruedas fantásticas. La cuerda de plata no quedó suelta para siempre, ni irreparablemente roto el vaso de oro. Pero, entretanto, ¿dónde estaba el alma? Sin embargo, aparte de la inevitable conclusión a priori de que tales causas deben producir tales efectos, de que los bien conocidos casos de vida en suspenso, una y otra vez, provocan inevitablemente entierros prematuros, aparte de esta consideración, tenemos el testimonio directo de la experiencia médica y del vulgo que prueba que en realidad tienen lugar un gran número de estos entierros. Yo podría referir ahora mismo, si fuera necesario, cien ejemplos bien probados. Uno de características muy asombrosas, y cuyas circunstancias igual quedan aún vivas en la memoria de algunos de mis lectores, ocurrió no hace mucho en la vecina ciudad de Baltimore, donde causó una conmoción penosa, intensa y muy extendida. La esposa de uno de los más respetables ciudadanos -abogado eminente y miembro del Congreso- fue atacada por una repentina e inexplicable enfermedad, que burló el ingenio de los médicos. Después de padecer mucho murió, o se supone que murió. Nadie sospechó, y en realidad no había motivos para hacerlo, de que no estaba verdaderamente muerta. Presentaba todas las apariencias comunes de la muerte. El rostro tenía el habitual contorno contraído y sumido. Los labios mostraban la habitual palidez marmórea. Los ojos no tenían brillo. Faltaba el calor. Cesaron las pulsaciones. Durante tres días el cuerpo estuvo sin enterrar, y en ese tiempo adquirió una rigidez pétrea. Resumiendo, se adelantó el funeral por el rápido avance de lo que se supuso era descomposición.
La dama fue depositada en la cripta familiar, que permaneció cerrada durante los tres años siguientes. Al expirar ese plazo se abrió para recibir un sarcófago, pero, ¡ay, qué terrible choque esperaba al marido cuando abrió personalmente la puerta! Al empujar los portones, un objeto vestido de blanco cayó rechinando en sus brazos. Era el esqueleto de su mujer con la mortaja puesta.
Una cuidadosa investigación mostró la evidencia de que había revivido a los dos días de ser sepultada, que sus luchas dentro del ataúd habían provocado la caída de éste desde una repisa o nicho al suelo, y al romperse el féretro pudo salir de él. Apareció vacía una lámpara que accidentalmente se había dejado llena de aceite, dentro de la tumba; puede, no obstante, haberse consumido por evaporación. En los peldaños superiores de la escalera que descendía a la espantosa cripta había un trozo del ataúd, con el cual, al parecer, la mujer había intentado llamar la atención golpeando la puerta de hierro. Mientras hacía esto, probablemente se desmayó o quizás murió de puro terror, y al caer, la mortaja se enredó en alguna pieza de hierro que sobresalía hacia dentro. Allí quedó y así se pudrió, erguida.
En el año 1810 tuvo lugar en Francia un caso de inhumación prematura, en circunstancias que contribuyen mucho a justificar la afirmación de que la verdad es más extraña que la ficción. La heroína de la historia era mademoiselle [señorita] Victorine Lafourcade, una joven de ilustre familia, rica y muy guapa. Entre sus numerosos pretendientes se contaba Julien Bossuet, un pobre littérateur [literato] o periodista de París. Su talento y su amabilidad habían despertado la atención de la heredera, que, al parecer, se había enamorado realmente de él, pero el orgullo de casta la llevó por fin a rechazarlo y a casarse con un tal Monsieur [señor] Rénelle, banquero y diplomático de cierto renombre. Después del matrimonio, sin embargo, este caballero descuidó a su mujer y quizá llegó a pegarle. Después de pasar unos años desdichados ella murió; al menos su estado se parecía tanto al de la muerte que engañó a todos quienes la vieron. Fue enterrada, no en una cripta, sino en una tumba común, en su aldea natal. Desesperado y aún inflamado por el recuerdo de su cariño profundo, el enamorado viajó de la capital a la lejana provincia donde se encontraba la aldea, con el romántico propósito de desenterrar el cadáver y apoderarse de sus preciosos cabellos. Llegó a la tumba. A medianoche desenterró el ataúd, lo abrió y, cuando iba a cortar los cabellos, se detuvo ante los ojos de la amada, que se abrieron. La dama había sido enterrada viva. Las pulsaciones vitales no habían desaparecido del todo, y las caricias de su amado la despertaron de aquel letargo que equivocadamente había sido confundido con la muerte. Desesperado, el joven la llevó a su alojamiento en la aldea. Empleó unos poderosos reconstituyentes aconsejados por sus no pocos conocimientos médicos. En resumen, ella revivió. Reconoció a su salvador. Permaneció con él hasta que lenta y gradualmente recobró la salud. Su corazón no era tan duro, y esta última lección de amor bastó para ablandarlo. Lo entregó a Bossuet. No volvió junto a su marido, sino que, ocultando su resurrección, huyó con su amante a América. Veinte años después, los dos regresaron a Francia, convencidos de que el paso del tiempo había cambiado tanto la apariencia de la dama, que sus amigos no podrían reconocerla. Pero se equivocaron, pues al primer encuentro monsieur Rénelle reconoció a su mujer y la reclamó. Ella rechazó la reclamación y el tribunal la apoyó, resolviendo que las extrañas circunstancias y el largo período transcurrido habían abolido, no sólo desde un punto de vista equitativo, sino legalmente la autoridad del marido.
La Revista de Cirugía de Leipzig, publicación de gran autoridad y mérito, que algún editor americano haría bien en traducir y publicar, relata en uno de los últimos números un acontecimiento muy penoso que presenta las mismas características.
Un oficial de artillería, hombre de gigantesca estatura y salud excelente, fue derribado por un caballo indomable y sufrió una contusión muy grave en la cabeza, que le dejó inconsciente. Tenía una ligera fractura de cráneo pero no se percibió un peligro inmediato. La trepanación se hizo con éxito. Se le aplicó una sangría y se adoptaron otros muchos remedios comunes. Pero cayó lentamente en un sopor cada vez más grave y por fin se le dio por muerto.
Hacía calor y lo enterraron con prisa indecorosa en uno de los cementerios públicos. Sus funerales tuvieron lugar un jueves. Al domingo siguiente, el parque del cementerio, como de costumbre, se llenó de visitantes, y alrededor del mediodía se produjo un gran revuelo, provocado por las palabras de un campesino que, habiéndose sentado en la tumba del oficial, había sentido removerse la tierra, como si alguien estuviera luchando abajo. Al principio nadie prestó demasiada atención a las palabras de este hombre, pero su evidente terror y la terca insistencia con que repetía su historia produjeron, al fin, su natural efecto en la muchedumbre. Algunos con rapidez consiguieron unas palas, y la tumba, vergonzosamente superficial, estuvo en pocos minutos tan abierta que dejó al descubierto la cabeza de su ocupante. Daba la impresión de que estaba muerto, pero aparecía casi sentado dentro del ataúd, cuya tapa, en furiosa lucha, había levantado parcialmente. Inmediatamente lo llevaron al hospital más cercano, donde se le declaró vivo, aunque en estado de asfixia. Después de unas horas volvió en sí, reconoció a algunas personas conocidas, y con frases inconexas relató sus agonías en la tumba.
Por lo que dijo, estaba claro que la víctima mantuvo la conciencia de vida durante más de una hora después de la inhumación, antes de perder los sentidos. Habían rellenado la tumba, sin percatarse, con una tierra muy porosa, sin aplastar, y por eso le llegó un poco de aire. Oyó los pasos de la multitud sobre su cabeza y a su vez trató de hacerse oír. El tumulto en el parque del cementerio, dijo, fue lo que seguramente lo despertó de un profundo sueño, pero al despertarse se dio cuenta del espantoso horror de su situación. Este paciente, según cuenta la historia, iba mejorando y parecía encaminado hacia un restablecimiento definitivo, cuando cayó víctima de la charlatanería de los experimentos médicos. Se le aplicó la batería galvánica y expiró de pronto en uno de esos paroxismos estáticos que en ocasiones produce.
La mención de la batería galvánica, sin embargo, me trae a la memoria un caso bien conocido y muy extraordinario, en que su acción resultó ser la manera de devolver la vida a un joven abogado de Londres que estuvo enterrado dos días. Esto ocurrió en 1831, y entonces causó profunda impresión en todas partes, donde era tema de conversación.
El paciente, el señor Edward Stapleton, había muerto, aparentemente, de fiebre tifoidea acompañada de unos síntomas anómalos que despertaron la curiosidad de sus médicos. Después de su aparente fallecimiento, se pidió a sus amigos la autorización para un examen postmórtem (autopsia), pero éstos se negaron. Como sucede a menudo ante estas negativas, los médicos decidieron desenterrar el cuerpo y examinarlo a conciencia, en privado. Fácilmente llegaron a un arreglo con uno de los numerosos grupos de ladrones de cadáveres que abundan en Londres, y la tercera noche después del entierro el supuesto cadáver fue desenterrado de una tumba de ocho pies de profundidad y depositado en el quirófano de un hospital privado.
Al practicársele una incisión de cierta longitud en el abdomen, el aspecto fresco e incorrupto del sujeto sugirió la idea de aplicar la batería. Hicieron sucesivos experimentos con los efectos acostumbrados, sin nada de particular en ningún sentido, salvo, en una o dos ocasiones, una apariencia de vida mayor de la norma en cierta acción convulsiva.
Era ya tarde. Iba a amanecer y se creyó oportuno, al fin, proceder inmediatamente a la disección. Pero uno de los estudiosos tenía un deseo especial de experimentar una teoría propia e insistió en aplicar la batería a uno de los músculos pectorales. Tras realizar una tosca incisión, se estableció apresuradamente un contacto; entonces el paciente, con un movimiento rápido pero nada convulsivo, se levantó de la mesa, caminó hacia el centro de la habitación, miró intranquilo a su alrededor unos instantes y entonces habló. Lo que dijo fue ininteligible, pero pronunció algunas palabras, y silabeaba claramente. Después de hablar, se cayó pesadamente al suelo.
Durante unos momentos todos se quedaron paralizados de espanto, pero la urgencia del caso pronto les devolvió la presencia de ánimo. Se vio que el señor Stapleton estaba vivo, aunque sin sentido. Después de administrarle éter volvió en sí y rápidamente recobró la salud, retornando a la sociedad de sus amigos, a quienes, sin embargo, se les ocultó toda noticia sobre la resurrección hasta que ya no se temía una recaída. Es de imaginar la maravilla de aquellos y su extasiado asombro.
El dato más espeluznante de este incidente, sin embargo, se encuentra en lo que afirmó el mismo señor Stapleton. Declaró que en ningún momento perdió todo el sentido, que de un modo borroso y confuso percibía todo lo que le estaba ocurriendo desde el instante en que fuera declarado muerto por los médicos hasta cuando cayó desmayado en el piso del hospital. "Estoy vivo", fueron las incomprendidas palabras que, al reconocer la sala de disección, había intentado pronunciar en aquel grave instante de peligro.
Sería fácil multiplicar historias como éstas, pero me abstengo, porque en realidad no nos hacen falta para establecer el hecho de que suceden entierros prematuros. Cuando reflexionamos, en las raras veces en que, por la naturaleza del caso, tenemos la posibilidad de descubrirlos, debemos admitir que tal vez ocurren más frecuentemente de lo que pensamos. En realidad, casi nunca se han removido muchas tumbas de un cementerio, por alguna razón, sin que aparecieran esqueletos en posturas que sugieren la más espantosa de las sospechas. La sospecha es espantosa, pero es más espantoso el destino. Puede afirmarse, sin vacilar, que ningún suceso se presta tanto a llevar al colmo de la angustia física y mental como el enterramiento antes de la muerte. La insoportable opresión de los pulmones, las emanaciones sofocantes de la tierra húmeda, la mortaja que se adhiere, el rígido abrazo de la estrecha morada, la oscuridad de la noche absoluta, el silencio como un mar que abruma, la invisible pero palpable presencia del gusano vencedor; estas cosas, junto con los deseos del aire y de la hierba que crecen arriba, con el recuerdo de los queridos amigos que volarían a salvarnos si se enteraran de nuestro destino, y la conciencia de que nunca podrán saberlo, de que nuestra suerte irremediable es la de los muertos de verdad, estas consideraciones, digo, llevan el corazón aún palpitante a un grado de espantoso e insoportable horror ante el cual la imaginación más audaz retrocede. No conocemos nada tan angustioso en la Tierra, no podemos imaginar nada tan horrible en los dominios del más profundo Infierno. Y por eso todos los relatos sobre este tema despiertan un interés profundo, interés que, sin embargo, gracias a la temerosa reverencia hacia este tema, depende justa y específicamente de nuestra creencia en la verdad del asunto narrado. Lo que voy a contar ahora es mi conocimiento real, mi experiencia efectiva y personal..
Durante varios años sufrí ataques de ese extraño trastorno que los médicos han decidido llamar catalepsia, a falta de un nombre que mejor lo defina. Aunque tanto las causas inmediatas como las predisposiciones e incluso el diagnóstico de esta enfermedad siguen siendo misteriosas, su carácter evidente y manifiesto es bien conocido. Las variaciones parecen serlo, principalmente, de grado. A veces el paciente se queda un solo día o incluso un período más breve en una especie de exagerado letargo. Está inconsciente y externamente inmóvil, pero las pulsaciones del corazón aún se perciben débilmente; quedan unos indicios de calor, una leve coloración persiste en el centro de las mejillas y, al aplicar un espejo a los labios, podemos detectar una torpe, desigual y vacilante actividad de los pulmones. Otras veces el trance dura semanas e incluso meses, mientras el examen más minucioso y las pruebas médicas más rigurosas no logran establecer ninguna diferencia material entre el estado de la víctima y lo que concebimos como muerte absoluta. Por regla general, lo salvan del entierro prematuro sus amigos, que saben que sufría anteriormente de catalepsia, y la consiguiente sospecha, pero sobre todo le salva la ausencia de corrupción. La enfermedad, por fortuna, avanza gradualmente. Las primeras manifestaciones, aunque marcadas, son inequívocas. Los ataques son cada vez más característicos y cada uno dura más que el anterior. En esto reside la mayor seguridad, de cara a evitar la inhumación. El desdichado cuyo primer ataque tuviera la gravedad con que en ocasiones se presenta, sería casi inevitablemente llevado vivo a la tumba.
Mi propio caso no difería en ningún detalle importante de los mencionados en los textos médicos. A veces, sin ninguna causa aparente, me hundía poco a poco en un estado de semisíncope, o casi desmayo, y ese estado, sin dolor, sin capacidad de moverme, o realmente de pensar, pero con una borrosa y letárgica conciencia de la vida y de la presencia de los que rodeaban mi cama, duraba hasta que la crisis de la enfermedad me devolvía, de repente, el perfecto conocimiento. Otras veces el ataque era rápido, fulminante. Me sentía enfermo, aterido, helado, con escalofríos y mareos, y, de repente, me caía postrado. Entonces, durante semanas, todo estaba vacío, negro, silencioso y la nada se convertía en el universo. La total aniquilación no podía ser mayor. Despertaba, sin embargo, de estos últimos ataques lenta y gradualmente, en contra de lo repentino del acceso. Así como amanece el día para el mendigo que vaga por las calles en la larga y desolada noche de invierno, sin amigos ni casa, así lenta, cansada, alegre volvía a mí la luz del alma. Pero, aparte de esta tendencia al síncope, mi salud general parecía buena, y no hubiera podido percibir que sufría esta enfermedad, a no ser que una peculiaridad de mi sueño pudiera considerarse provocada por ella. Al despertarme, nunca podía recobrar en seguida el uso completo de mis facultades, y permanecía siempre durante largo rato en un estado de azoramiento y perplejidad, ya que las facultades mentales en general y la memoria en particular se encontraban en absoluta suspensión.
En todos mis padecimientos no había sufrimiento físico, sino una infinita angustia moral. Mi imaginación se volvió macabra. Hablaba de "gusanos, de tumbas, de epitafios". Me perdía en meditaciones sobre la muerte, y la idea del entierro prematuro se apoderaba de mi mente. El espeluznante peligro al cual estaba expuesto me obsesionaba día y noche. Durante el primero, la tortura de la meditación era excesiva; durante la segunda, era suprema, Cuando las tétricas tinieblas se extendían sobre la tierra, entonces, presa de los más horribles pensamientos, temblaba, temblaba como las trémulas plumas de un coche fúnebre. Cuando mi naturaleza ya no aguantaba la vigilia, me sumía en una lucha que al fin me llevaba al sueño, pues me estremecía pensando que, al despertar, podía encontrarme metido en una tumba. Y cuando, por fin, me hundía en el sueño, lo hacía sólo para caer de inmediato en un mundo de fantasmas, sobre el cual flotaba con inmensas y tenebrosas alas negras la única, predominante y sepulcral idea. De las innumerables imágenes melancólicas que me oprimían en sueños elijo para mi relato una visión solitaria. Soñé que había caído en un trance cataléptico de más duración y profundidad que lo normal. De repente una mano helada se posó en mi frente y una voz impaciente, farfullante, susurró en mi oído: "¡Levántate!"
Me incorporé. La oscuridad era total. No podía ver la figura del que me había despertado. No podía recordar ni la hora en que había caído en trance, ni el lugar en que me encontraba. Mientras seguía inmóvil, intentando ordenar mis pensamientos, la fría mano me agarró con fuerza por la muñeca, sacudiéndola con petulancia, mientras la voz farfullante decía de nuevo:
-¡Levántate! ¿No te he dicho que te levantes?
-¿Y tú - pregunté- quién eres?
-No tengo nombre en las regiones donde habito -replicó la voz tristemente-. Fui un hombre y soy un espectro. Era despiadado, pero soy digno de lástima. Ya ves que tiemblo. Me rechinan los dientes cuando hablo, pero no es por el frío de la noche, de la noche eterna. Pero este horror es insoportable. ¿Cómo puedes dormir tú tranquilo? No me dejan descansar los gritos de estas largas agonías. Estos espectáculos son más de lo que puedo soportar. ¡Levántate! Ven conmigo a la noche exterior, y deja que te muestre las tumbas. ¿No es este un espectáculo de dolor?... ¡Mira!
Miré, y la figura invisible que aún seguía apretándome la muñeca consiguió abrir las tumbas de toda la humanidad, y de cada una salían las irradiaciones fosfóricas de la descomposición, de forma que pude ver sus más escondidos rincones y los cuerpos amortajados en su triste y solemne sueño con el gusano. Pero, ¡ay!, los que realmente dormían, aunque fueran muchos millones, eran menos que los que no dormían en absoluto, y había una débil lucha, y había un triste y general desasosiego, y de las profundidades de los innumerables pozos salía el melancólico frotar de las vestiduras de los enterrados. Y, entre aquellos que parecían descansar tranquilos, vi que muchos habían cambiado, en mayor o menor grado, la rígida e incómoda postura en que fueron sepultados. Y la voz me habló de nuevo, mientras contemplaba:
-¿No es esto, ¡ah!, acaso un espectáculo lastimoso?
Pero, antes de que encontrara palabras para contestar, la figura había soltado mi muñeca, las luces fosfóricas se extinguieron y las tumbas se cerraron con repentina violencia, mientras de ellas salía un tumulto de gritos desesperados, repitiendo: "¿No es esto, ¡Dios mío!, acaso un espectáculo lastimoso?"
Fantasías como ésta se presentaban por la noche y extendían su terrorífica influencia incluso en mis horas de vigilia. Mis nervios quedaron destrozados, y fui presa de un horror continuo. Ya no me atrevía a montar a caballo, a pasear, ni a practicar ningún ejercicio que me alejara de casa. En realidad, ya no me atrevía a fiarme de mí lejos de la presencia de los que conocían mi propensión a la catalepsia, por miedo de que, en uno de esos ataques, me enterraran antes de conocer mi estado realmente. Dudaba del cuidado y de la lealtad de mis amigos más queridos. Temía que, en un trance más largo de lo acostumbrado, se convencieran de que ya no había remedio. Incluso llegaba a temer que, como les causaba muchas molestias, quizá se alegraran de considerar que un ataque prolongado era la excusa suficiente para librarse definitivamente de mí. En vano trataban de tranquilizarme con las más solemnes promesas. Les exigía, con los juramentos más sagrados, que en ninguna circunstancia me enterraran hasta que la descomposición estuviera tan avanzada, que impidiese la conservación. Y aun así mis terrores mortales no hacían caso de razón alguna, no aceptaban ningún consuelo. Empecé con una serie de complejas precauciones. Entre otras, mandé remodelar la cripta familiar de forma que se pudiera abrir fácilmente desde dentro. A la más débil presión sobre una larga palanca que se extendía hasta muy dentro de la cripta, se abrirían rápidamente los portones de hierro. También estaba prevista la entrada libre de aire y de luz, y adecuados recipientes con alimentos y agua, al alcance del ataúd preparado para recibirme. Este ataúd estaba acolchado con un material suave y cálido y dotado de una tapa elaborada según el principio de la puerta de la cripta, incluyendo resortes ideados de forma que el más débil movimiento del cuerpo sería suficiente para que se soltara. Aparte de esto, del techo de la tumba colgaba una gran campana, cuya soga pasaría (estaba previsto) por un agujero en el ataúd y estaría atada a una mano del cadáver. Pero, ¡ay!, ¿de qué sirve la precaución contra el destino del hombre? ¡Ni siquiera estas bien urdidas seguridades bastaban para librar de las angustias más extremas de la inhumación en vida a un infeliz destinado a ellas!
Llegó una época -como me había ocurrido antes a menudo- en que me encontré emergiendo de un estado de total inconsciencia a la primera sensación débil e indefinida de la existencia. Lentamente, con paso de tortuga, se acercaba el pálido amanecer gris del día psíquico. Un desasosiego aletargado. Una sensación apática de sordo dolor. Ninguna preocupación, ninguna esperanza, ningún esfuerzo. Entonces, después de un largo intervalo, un zumbido en los oídos. Luego, tras un lapso de tiempo más largo, una sensación de hormigueo o comezón en las extremidades; después, un período aparentemente eterno de placentera quietud, durante el cual las sensaciones que se despiertan luchan por transformarse en pensamientos; más tarde, otra corta zambullida en la nada; luego, un súbito restablecimiento. Al fin, el ligero estremecerse de un párpado; e inmediatamente después, un choque eléctrico de terror, mortal e indefinido, que envía la sangre a torrentes desde las sienes al corazón. Y entonces, el primer esfuerzo por pensar. Y entonces, el primer intento de recordar. Y entonces, un éxito parcial y evanescente. Y entonces, la memoria ha recobrado tanto su dominio, que, en cierta medida, tengo conciencia de mi estado. Siento que no me estoy despertando de un sueño corriente. Recuerdo que he sufrido de catalepsia. Y entonces, por fin, como si fuera la embestida de un océano, el único peligro horrendo, la única idea espectral y siempre presente abruma mi espíritu estremecido.
Unos minutos después de que esta fantasía se apoderase de mí, me quedé inmóvil. ¿Y por qué? No podía reunir valor para moverme. No me atrevía a hacer el esfuerzo que desvelara mi destino, sin embargo algo en mi corazón me susurraba que era seguro. La desesperación -tal como ninguna otra clase de desdicha produce-, sólo la desesperación me empujó, después de una profunda duda, a abrir mis pesados párpados. Los levanté. Estaba oscuro, todo oscuro. Sabía que el ataque había terminado. Sabía que la situación crítica de mi trastorno había pasado. Sabía que había recuperado el uso de mis facultades visuales, y, sin embargo, todo estaba oscuro, oscuro, con la intensa y absoluta falta de luz de la noche que dura para siempre.
Intenté gritar, y mis labios y mi lengua reseca se movieron convulsivamente, pero ninguna voz salió de los cavernosos pulmones, que, oprimidos como por el peso de una montaña, jadeaban y palpitaban con el corazón en cada inspiración laboriosa y difícil.  El movimiento de las mandíbulas, en el esfuerzo por gritar, me mostró que estaban atadas, como se hace con los muertos. Sentí también que yacía sobre una materia dura, y algo parecido me apretaba los costados. Hasta entonces no me había atrevido a mover ningún miembro, pero al fin levanté con violencia mis brazos, que estaban estirados, con las muñecas cruzadas. Chocaron con una materia sólida, que se extendía sobre mi cuerpo a no más de seis pulgadas de mi cara. Ya no dudaba de que reposaba al fin dentro de un ataúd.
Y entonces, en medio de toda mi infinita desdicha, vino dulcemente la esperanza, como un querubín, pues pensé en mis precauciones. Me retorcí e hice espasmódicos esfuerzos para abrir la tapa: no se movía. Me toqué las muñecas buscando la soga: no la encontré. Y entonces mi consuelo huyó para siempre, y una desesperación aún más inflexible reinó triunfante pues no pude evitar percatarme de la ausencia de las almohadillas que había preparado con tanto cuidado, y entonces llegó de repente a mis narices el fuerte y peculiar olor de la tierra húmeda. La conclusión era irresistible. No estaba en la cripta. Había caído en trance lejos de casa, entre desconocidos, no podía recordar cuándo y cómo, y ellos me habían enterrado como a un perro, metido en algún ataúd común, cerrado con clavos, y arrojado bajo tierra, bajo tierra y para siempre, en alguna tumba común y anónima.
Cuando este horrible convencimiento se abrió paso con fuerza hasta lo más íntimo de mi alma, luché una vez más por gritar. Y este segundo intento tuvo éxito. Un largo, salvaje y continuo grito o alarido de agonía resonó en los recintos de la noche subterránea.
-Oye, oye, ¿qué es eso? -dijo una áspera voz, como respuesta.
-¿Qué diablos pasa ahora? -dijo un segundo..
-¡Fuera de ahí! -dijo un tercero.
-¿Por qué aúlla de esa manera, como un gato montés? -dijo un cuarto.
Y entonces unos individuos de aspecto rudo me sujetaron y me sacudieron sin ninguna consideración. No me despertaron del sueño, pues estaba completamente despierto cuando grité, pero me devolvieron la plena posesión de mi memoria.
Esta aventura ocurrió cerca de Richmond, en Virginia. Acompañado de un amigo, había bajado, en una expedición de caza, unas millas por las orillas del río James. Se acercaba la noche cuando nos sorprendió una tormenta. La cabina de una pequeña chalupa anclada en la corriente y cargada de tierra vegetal nos ofreció el único refugio asequible. Le sacamos el mayor provecho posible y pasamos la noche a bordo. Me dormí en una de las dos literas; no hace falta describir las literas de una chalupa de sesenta o setenta toneladas. La que yo ocupaba no tenía ropa de cama. Tenía una anchura de dieciocho pulgadas. La distancia entre el fondo y la cubierta era exactamente la misma. Me resultó muy difícil meterme en ella. Sin embargo, dormí profundamente, y toda mi visión -pues no era ni un sueño ni una pesadilla- surgió naturalmente de las circunstancias de mi postura, de la tendencia habitual de mis pensamientos, y de la dificultad, que ya he mencionado, de concentrar mis sentidos y sobre todo de recobrar la memoria durante largo rato después de despertarme. Los hombres que me sacudieron eran los tripulantes de la chalupa y algunos jornaleros contratados para descargarla. De la misma carga procedía el olor a tierra. La venda en torno a las mandíbulas era un pañuelo de seda con el que me había atado la cabeza, a falta de gorro de dormir.

Las torturas que soporté, sin embargo, fueron indudablemente iguales en aquel momento a las de la verdadera sepultura. Eran de un horror inconcebible, increíblemente espantosas; pero del mal procede el bien, pues su mismo exceso provocó en mi espíritu una reacción inevitable. Mi alma adquirió temple, vigor. Salí fuera. Hice ejercicios duros. Respiré aire puro. Pensé en más cosas que en la muerte. Abandoné mis textos médicos. Quemé el libro de Buchan. No leí más pensamientos nocturnos, ni grandilocuencias sobre cementerios, ni cuentos de miedo como éste. En muy poco tiempo me convertí en un hombre nuevo y viví una vida de hombre. Desde aquella noche memorable descarté para siempre mis aprensiones sepulcrales y con ellas se desvanecieron los achaques catalépticos, de los cuales quizá fueran menos consecuencia que causa. Hay momentos en que, incluso para el sereno ojo de la razón, el mundo de nuestra triste humanidad puede parecer el infierno, pero la imaginación del hombre no es Caratis para explorar con impunidad todas sus cavernas. ¡Ay!, la torva legión de los terrores sepulcrales no se puede considerar como completamente imaginaria, pero los demonios, en cuya compañía Afrasiab hizo su viaje por el Oxus, tienen que dormir o nos devorarán..., hay que permitirles que duerman, o pereceremos