Un oscuro lugar

Capítulo 2:
                   ¿Karma?

Intento desesperadamente moverme, ahora es cuestión de supervivencia, no se donde estoy o porque todo esta tan oscuro, pero mi lógica, la lógica que siempre me ha acompañado, me hace querer moverme, sé que si no salgo de aquí moriré,lo sé, claro si no estoy muerta ya!.
Eso es lo último que pienso antes de perder la conciencia nuevamente, sumergiéndome en un sueño de mil imágenes vividas....mi pasado...mi vida.

Ann y yo pasamos muchas etapas en nuestra amistad, como toda relación las etapas rotas hicieron que tuviésemos más confianza en nosotras, fomentaron también el respeto y la tolerancia a las pocas pero grandes diferencias que teníamos, enfocándonos en lo que teníamos en común nuestra relación creció, pasamos de salir ocasionalmente a conocer a nuestras respectivas familias(nunca había llevado a ninguna amiga a mi casa), mi familia era una renombrada familia de negocios, pero yo prefería mantener un perfil bajo, por lo cual llevar a alguien a mi casa suponía un problema innecesario, siempre me guié por mi instinto, por eso sabía que Ann no comentaría nada con nadie, principalmente porque yo era su única amiga.

Ella se quedaba de vez en cuando en mi casa y yo me quedaba en la suya. Sus padres divorciados pero muy amigables entre si me tenían muy en cuenta para cada viaje o salida familiar. Ann y yo nos volvimos más antisociales, sin creer en el amor o cosas ridículas como esa, salíamos con muchachos y antes de que se volviera serio los terminábamos, así, sin mayor explicación, Ann estudio derecho y contabilidad y yo Filología y periodismo, lo cual me abrió puertas para convertirme en escritora y editora. El estudio se convirtió en nuestras vidas y todo lo demás parecía insignificante, pero no quiere decir que no nos divertimos, secretamente Ann y yo salíamos de noche a bailar o tomábamos un fin de semana de vez en cuando para escaparnos a la playa o la montaña, reíamos mucho, contábamos historias hasta tarde y tratamos de descifrar los grandes misterios de la vida.

Cuando llegaba el día de mi cumpleaños Ann me invitaba a salir, nos sentábamos en una banca de un parque y hablábamos sobre hombres, sexo,cariño, estudios, ropa, locuras y excentricidades(nuestras y de otros), cuando era su cumpleaños, salíamos a comer y yo le enviaba una tarjeta o le daba un pequeño obsequió que significará algo para las dos. Y de este modo los años pasaron rápidamente, cuando me di cuenta yo era la jefa de una gran editorial y tenía cuatro libros publicados, mientras Ann se convirtió en una exitosa abogada con su propio bufete y desde unos meses antes había empezado a salir con un hombre que parecía ser diferente, directo y sincero, él era uno de los pocos que yo aprobaba para ella, su relación parecía seria, más madura y más estable, habíamos discutido mucho sobre esto, de la manera en que las cosas cambian, la forma en que las ideas que antes nos parecían tontas ahora nos parecían razonables, como un esposo o una familia, bueno debo admitir que el tener hijos o casarme no estaba en mis planes, pero al ver a Ann tan feliz me dio un poco de envidia, en ese momento desee poder encontrar a alguien para quien yo fuese importante.

Pero todo cambió el día en que un médico con un nombre impronunciable me dijo durante un chequeo de rutina que tengo la misma enfermedad  que tuvo mi madre y mi abuela, la que mató a ambas, esa terrible enfermedad, yo solo no pude respirar por un segundo y luego le di las gracias al médico(por decirme que voy a morir) y empecé a decidir si decirle o no a Ann y a mi familia, no tardé mucho tiempo en decidirlo, sabía lo que tenía que hacer.

Me revuelco en este oscuro lugar, con lágrimas en los ojos al recordar el dolor de ese momento, la desesperanza, la culpa por no haber vivido lo necesario y por tener que hacer sufrir a mi familia, la tristeza de tener que dejarlos y el miedo, un hondo y absurdo miedo a lo desconocido(como si pudiese sentir algo al morir), pero y si ya estoy muerta, y si ha pasado mucho tiempo, y si como dante describió este es mi infierno, la capa del infierno a la cual pertenezco, y si el Karma existe?, este sería el mío, siempre aislándome de todo el mundo y ahora solo deseando que alguien más estuviese aquí.

Me estremezco de  nuevo y me dejo llevar a la tan odiada inconsciencia de lo que es, o fue mi vida, preguntándome por última ves, ¿acaso existe el Karma?.