La Muerte del Destino, Capitulo 3

Capitulo 3:  
                               El inicio del Cambio

Los días pasaron y pese a que al inicio tardamos dos días en salir del apartamento por el miedo de encontrarnos con las sombras y que a ellas se les ocurriera ponernos alguna de sus espeluznantes pruebas, al tercer día salimos las tres juntas en el auto de Kim, nos era imposible pensar en viajar en transporte público porque había que caminar mucho de una parada a otra y si subíamos al subterráneo implicaba estar en un lugar muy bueno para ser atacadas, pero nada paso, no las volvimos a ver, nadie nos estaba siguiendo, las cosas que vivimos parecían distantes como un sueño, así con el tiempo volvimos a la cotidianidad de nuestras vidas, yendo a la universidad, al trabajo,reuniéndonos con nuestros compañeros, en fin viviendo nuestra vida.

Parecía que todo había acabado y yo no quería molestar a mis amigas trayendo a colación el tema, hablándoles de algo que estaba segura no querían recordar.Pese a que hablamos del tema la noche del incidente al no llegar a ninguna conclusión racional solo lo dejamos pasar.

Pero algo estaba rodeando en mi cabeza desde ese día, la familiaridad que sentí al matar, era como un cosquilleo que recorría mi espalda, tenia apartar la idea de mi mente pero no podía y las cosas empezaron a cambiar, yo era diferente y lo que había pasado este último mes solo me lo confirmaba como una bofetada que me decía despierta ya no eres tú.

En los primeros días después de ir a la universidad lo sentí por primera ves, el profesor de química general, un curso que tenía que llevar casi desde el primer año pero que había postergado porque la química a diferencia de la física no es lo mío,(nunca lo fue soy realmente mala por ejemplo recordando los elementos de la tabla periódica y se supone que para ese momento debía conocer cada elemento y su peso atómico, además si eran alcalinos,lantánidos,si eran metales, no metales, bueno todo lo que se debería saber sobre ellos el problema es que yo no sabía nada),  gracias a mi suerte que nunca ha sido para nada buena me pidió decirle cuales eran los 10 primeros elementos de la tabla periódica, desde luego no lo sabía, pero lo sentí un fuerte dolor de cabeza, el cual me hizo por un segundo perder la visión y para cuando el profesor me pregunto por segunda ves ya lo sabia, sabía algo que unos segundos antes no, como si hubiesen puesto directamente la información requerida en mi cerebro.

Pero no fue solo esa vez, unos meses antes me inscribí para una clase de piano personalizada que daba un muchacho extremadamente guapo de la universidad, si dirán que eso me inspiro a querer aprender piano y tienen razón, pero también siempre quise aprender, me maravillaba la velocidad de los dedos de los pianistas y como no se equivocaban al leer la música y creaban melodías armoniosas que llenaban el alma de una manera que solo la música puede, sabía que nunca había tocado ningún instrumento antes excepto una flauta en la cual era realmente pésima, pero igual quería intentarlo, por una vez solo hacer  quería esforzarme desde el inicio, pero no fue necesario, apenas puse las manos en el piano sentí el mismo chispazo de antes y mis manos se empezaron a mover solas interpretando a Chopin: Ballade No.1 Op.23., es cierto que la había escuchado miles de veces pero estoy segura que no sabía como tocarla, pude ver al profesor llorar mientras me oia y decir que prácticamente era un genio músical con un oido genial, pero que estaba molesto por mentirle diciendo que era la primera vez que tocaba, intente explicarle que en realidad era la primera vez que tocaba, pero fue imposible no me creyó.

Y así los incidentes se repitieron una y otra ves, sabía más cosas que nunca, sucedió cuando fui a patinar en hielo por primera ves parecia profesional, cuando empece a leer un libro de literatura griega me di cuenta que conocia cada linea escrita en cada página del libro, y asi las situaciones seguían, se supone que me debía sentir feliz pero no, tenia miedo, mucho miedo, mi cuerpo se movia por si  mismo       en ángulos que nisiquiera sabia que existían y mi mente pensaba por si sola en cosas que no conocía, pero conocía.

Cansada de buscar una explicación por mi misma rompí la aparente tranquilidad de mi hogar, un día por la tarde compre un violín y llegando al apartamento dije:

-Toma Ann es para ti
-Un regalo?-dijo-pero si no es mi cumpleaños
-Tómalo ya-dije un poco nerviosa

Ella lo tomo en sus manos, lo miro con algo de curiosidad, moviendo la cabeza en ambas direcciones como un búho, tratando de entender que quería que hiciera

-No toco el violín- dijo Ann con tono confuso
-Diablos Ann, toca el maldito violín de una ves-dije ya con un cero ápice de tranquilidad en mi vos, lo que ella noto al instante y comenzó a tocar

Gavotte de Gossec era la melodía favorita de Ann y la tocó perfecta como si hubiese nacido con un violín en su mano, ella lo comprendió al momento lanzandolo lejos dijo:

-Que diablos Rose, me puedes decir que fue eso, me ha estado pasando muy seguido, Rose no creas que estoy loca pero se muchas cosas que no sabía y que nunca he estudiado, como las leyes de la edad media en Londres y muchas otras cosas,no se que me pasa pero por tu expresión creo que sabes de que hablo.

Si, mi expresión era de nauseas, me sentí enferma en ese momento y llamamos a Kim apresuradamente, ella nos dijo que a ella le pasaba lo mismo, ahora era experta en ballet, pintura y muchas otras expresiones artísticas que había intentado hacer tantas veces y nunca resultaban como lo esperaba.

Otra vez nos reunimos y empezamos a hablar del tema sin saber nada en absoluto de como nuestros conocimientos se ampliaban cada día a una velocidad sorprendente, lo único que sabíamos era que las sombras estaban involucradas y la única manera de entender era verlas de nuevo aunque eso era tan aterrador como lo que estaba pasando.

Días más tarde y con conocimientos de sobra sobre física, llegue al apartamento y oí varias voces, eran los compañeros de Ann que venían a hacer un trabajo de fin de semestre, lo que implicaba que durarían toda la noche trabajando.

Desde que me di cuenta que tenia un talento oculto para la pintura un par de día antes, empece a pintar sin parar paisajes que no conocía pero sabia que existían en alguna parte remota del mundo, así que me senté en una banca de la cocina a pintar mientras Ann y sus compañeros estaban en la sala, ella me llamo un momento para preguntarme básicamente como había estado mi día, lo cual implicaba si había aprendido más de lo común a lo que respondí con un simple gesto de asentimiento, salude cordialmente  a sus invitados y lo vi,era él, PETER, estaba sentado en mi sillón, en mi apartamento, mirándome directamente a los ojos, lo cual me hizo sentir absurdamente avergonzada como si estuviera desnuda en medio de una multitud, Ann me los presento uno por uno, cinco personas en total, pero yo solo lo podía ver a él, cuando llego su turno de presentarse dijo:
-Mucho gusto, encantado de conocerte-dijo con una sonrisa burlona que empezaba a pensar que era característica de él.
-Mucho gusto-respondí de forma cortés desviando la mirada, asi que vamos a jugar a no conocernos, pensé en ese momento sonriendo internamente

Al regresar a  la cocina estaba segura que me había sonrojado un poco y Ani,ella seguramente lo noto y me preguntaría por ello después, seguí con una pintura y la termine rápidamente y para probar mis nuevos conocimientos empece a dibujar, lineas y más lineas en pocos instantes supe lo que estaba dibujando, era él, su rostro, su mirada,estaba contemplando mi obra cuando lo vi, me tense al verlo entrar en mi cocina y con mi cuerpo intente bloquear el dibujo, si lo veía sería  lo más vergonzoso del mundo, claro después del beso robado, él me miro y sonrió ampliamente lo que hizo que mi corazón se parará por unos segundos, se que no debería de estar sintiendo esto, el amor o el enamoramiento nunca fueron mi fuerte y si alguien me preguntaba podría decir que incluso no creía que existiera tal cosa, pero la pasión y el estremecimiento que sentía en este momento sabia que eran reales, el se fue sin la mínima curiosidad por mi dibujo y yo empece a respirar de nuevo, sin darme cuenta había dejado de hacerlo.

Cerca de la media noche ellos se empezaron a ir, él fue el ultimo en marcharse lo cual me pareció un poco deliberado,se fue después de insistir en despedirse de mi,con un pequeño beso en la mejilla y sus atrevidos ojos mirándome, vi a Ann haciendo un pequeño gesto, una risita maliciosa y una ceja arqueada.Luego él desapareció por la puerta.

-Oh Rose mira-Peter dejo la libreta de apuntes, debes alcanzarlo y dársela-dijo Ani sonriente
-Ve tu, tu eres su compañera-dije sin mirarla
-Oh por Dios, no se aguantaba tanto flirteo entre ustedes, solo ve-dijo tirandome la libreta encima
-Ok iré- dije un poco feliz

Corrí lo más rápido que pude y lo vi, estaba en medio de la calle cuando le grite:

-Espera Peter, tu libreta

Quede horrorizada al ver que un carro venia en su dirección y el no se movía,estaba en medio de la calle hablando por teléfono, no sabía que tan importante podría ser esa llamada como para que se detuviera ahí en el lugar más inapropiado en el peor momento, le grite una cuantas veces más , corrí intentando llegar a él pero estaba muy lejos para ayudarlo, o eso creía, sentí el chispazo otra ves corriendo por mi cerebro y mis pies se empezaron a mover a una velocidad que estoy segura ningún ser humano podía moverse, Ann que había salido a la tienda vio toda la escena tan incrédula como yo del momento en que llegue junto a Peter sujete su brazo y lo quite de en medio de la calle unos nanosegundos antes de que él auto lo golpeara, ambos rodamos por la acera ya que no pude frenar a mi velocidad a tiempo, nos golpeamos un poco, pero estábamos vivos, él me miro un poco asustado y me ayudo a levantarme, vi a Ani corriendo desesperada hacia nosotros, pero lo que más me impacto fue verlas a ellas, del otro lado de la calle, las sombras solo ahí, de pie en una exagerada postura recta, como si pertenecieran al ejercito, me miraron a los ojos y desde el otro lado de una carretera de dos carriles me dijeron

-EXISTEN REGLAS...

Lo más perturbador no era la frase, era el hecho que ellas no habían movido los labios,estaban hablando directamente en mi cabeza.