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miércoles, 20 de agosto de 2014

El jardinero


Capítulo 1 : Un lindo trasero

Estaba sentada en el alfeizar de su habitación, mirando el atardecer con las ventanas abiertas y una muy dulce limonada entre sus piernas, soñando con lo que abría más allá de las portones de su casa. Desde que era una niña pequeña no había salido de su casa nunca, nisiquiera cuando enfermaba de gravedad, o ese fatídico día en que se cayo de un árbol por intentar espiar en el cuarto de sus padres,atraída por la dulce y armoniosa música de fiesta, no sucedió gran cosa, solamente se rompió un brazo, el cual nunca volvió a su posición original.
 
Sophie, tal ves era la última persona de su pueblo que aún conservaba su titulo nobiliario, "Duquesa", la llamaban los pocos empleados que aún conservaba, su casa era una mansión de proporciones increíbles, con un gran y floreado jardín, un poco descuidado pero muy hermoso, por meses ella había llamado a diferentes empresas para encontrar un jardinero optimo, pero hasta ahora ninguno la convencía.

Se preguntarán ¿por qué una duquesa estaba haciendo el trabajo por sí misma?, y la respuesta es simple, sus padres nunca estaban, llevaban seis años en un viaje interminable por el mundo, junto a su hermano pequeño Josh. Así que a eso se limitaba su vida, a observar por la ventana el mundo hasta donde llegará su visión y añorar a su familia con tanta desesperación que en ocasiones dolía, un dolor tan agudo que intentaba reprimirlo a toda costa, por ejemplo  con fiestas de té y compras online.

Sophie sabía que estaba enferma, su agorafobia (miedo o terror de salir de su hogar, que inclusive la hacían tener ataques de pánico o desmayarse, es como una creencia muy fuerte de que vas a  morir si sales de tu casa, lo que te convierte en un ser totalmente antisocial), empezó desde que sus padres se fueron y solo empeoraba con el paso de los años, pero ese día en particular ella  no se podía enfocar en sus problemas, porque por fin había conseguido a un jardinero tan recomendado que se sentía feliz, ella amaba su jardín, porque cada flor la había plantado su madre y cada figurilla de ciprés la había podado su padre, sin embargo estas últimas habían perdido su forma por pasar seis meses sin mantenimiento.

El jardinero se presentó a la hora acordada, por la tarde casi noche, poca luz entraba por la ventana de Sophie, él, era realmente guapo, ella no conocía a muchos hombres pero aquel en particular le pareció el hombre más guapo del mundo, con un dorso duro, piernas firmes, ojos seductores de un hermoso tono azulado y esos labios, diablos, esos labios eran ardientes,completamente besables, Sophie desvió sus pensamientos a lo verdaderamente serio, lo que quería que hiciera en el jardín, su salario y cosas por el estilo, sin embargo aunque pensó en no aproximarse demasiado al nuevo jardinero, no pudo evitar doblar ligeramente su cuello para admirar tan magnifico trasero cuando él se marchó.

Señorita Sophie-dijo la nana, frunciendo el ceño con severidad- "Una dama no debe mirar a un hombre de esa manera".
"Nana, querida nana Marie"-contestó Sophie cordialmente-"Tengo 28 años, nunca he salido de mi casa, nunca he besado a alguien, nunca he amado, ni he sido amada, nadie me ha visto con lujuria o pasión, puedo contar con los dedos de una mano las personas que me conocen y en ellas están mis padres, mi hermano y tú, entonces ¿no puedes por una ves obviar mi conducta?, el hecho de que vea atractivo al joven no me convierte en una acosadora o una maniática sexual, entones ¿cual es el problema de que vea la mercancía si no voy a comprarla?".
"Esos términos son sumamente vulgares para ser pronunciados por la duquesa, por favor mantenga la compostura delante del joven Cristian en lo que respecta al futuro"-dijo la nana Marie, ahora si, sonando enojada y hasta un poco indignada.

Cuando la nana Marie salió de su cuarto Sophie suspiro pesadamente, a veces era tan difícil comunicarse con aquella mujer, no era problema suyo, era solo por su edad, la nana rondaba los setenta años y no conocía y no quería conocer tampoco nada sobre el mundo moderno, para Sophie una chica aislada el poder hablar únicamente con una persona que odiaba el mundo, ocasionaba que su trastorno fuese más fácil de llevar, si el mundo era una mierda como decía Marie( claro no con esas palabras), el no conocerlo era lo mejor que ella podía hacer, sin embargo Cristian (como había llamado la nana al jardinero), parecía feliz y muy estable, si el mundo era realmente un asco entonces no existiría un ser tan radiante y sonriente como él.

Sophie se ruborizo al darse cuenta que llevaba lo que restaba de la tarde pensando en el jardinero, quién dejo una gran impresión en ella, pero en ese momento su sentido común se activo y se prometió a si misma no pensar más en él, para no dejarse arrastrar por ese nuevo sentimiento, ella era una mujer lógica y sabía perfectamente que el amor no existe, pese a la devoción que sus padres se profesaban, ella sabía que no era amor, era compromiso, un contrato firmado por ambos hace mucho tiempo, no podía creer en el amor y se juro que ese joven no la haría cambiar de opinión.

Pero las cosas nunca suceden como lo pensamos...

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